8 de septiembre de २००८
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DECLARACIÓN
En una lamentable demostración de insensible arrogancia absolutista las autoridades cubanas han rechazado el ofrecimiento de ayuda humanitaria hecha por el gobierno de los Estados Unidos a propósito de las grandes afectaciones causadas por el paso del huracán Gustav por el occidente del país.
En la declaración oficial de respuesta, suscrita por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la cual reproduce la letra y el espíritu de las notas diplomáticas cruzadas con las autoridades norteamericanas, el gobierno de la Isla hace menosprecio de las urgencias y penurias que hoy sufren miles de familias damnificadas por el mencionado siniestro y se deshace en una serie de innecesarias argumentaciones acerca de los tradicionales diferendos políticos y comerciales que por casi cinco décadas enfrentan a nuestras dos naciones, además de reiterar los alardes sobre las infundadas capacidades que le asisten para enfrentar la crisis. En todo caso, esta posición es incoherente con las compras en los mismos Estados Unidos de una parte considerable de la alimentación básica para la población cubana, independientemente del embargo.
El gobierno cubano, siempre dispuesto privar a sus ciudadanos de recursos materiales y humanos para honrar, en otras latitudes, compromisos humanitarios y de solidaridad que favorezcan su imagen internacional, ahora, en lugar de declarar las regiones afectadas como zona de catástrofe y solicitar ayuda internacional, aprovecha la coyuntura para alimentar la confrontación con su enemigo tradicional.
Las carencias materiales, la ineficacia administrativa y la corrupción generalizada han provocado que muchas víctimas de fenómenos naturales a lo largo de todo el país esperen durante años por la solución de sus problemas y necesidades.
El Partido Arco Progresista por principio y convicción rechaza cualquier colaboración y ayuda que impliquen compromisos inaceptables o condiciones humillantes, pero de igual forma deplora que el gobierno cubano demuestre tanta irresponsabilidad e indolencia como para colocar sus intereses y humores políticos por encima de las necesidades de las miles de familias que se encuentran en estado de desamparo y desesperación.
Manuel Cuesta Morúa
Portavoz
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