lunes, 27 de octubre de 2008

¿Qué pasará con la salud?

Por Sinue Escolarte.

El cumplimiento de la jornada de trabajo, en las sociedades herméticas, es considerado como un índice de disciplina y productividad de los mas importantes. Las famosas emulaciones se ganan, por no tener ausencias ni llegadas tardes justificadas. Las injustificaciones, se pagan con la sanción. La inestabilidad con que se vive pone en peligro la puntualidad y asistencia laboral. El miedo y la preocupación que genera esta constante amenaza, hacen perder el sueño a cualquiera, hasta que nos damos cuenta que mintiendo se resuelve. Nunca diciendo la verdad sobre lo malo del transporte, la falta de desayuno, la escasez monetaria, la desilusión y el desinterés por los bajos salarios, que a todos nos golpea por igual. La realidad no es que la disciplina, redunde en beneficio económico o social, es, hacer sentir a través de ella, el rigor y el control estatal, e influir ideológicamente en el estado de animo y las proyecciones del hombre. Es parte del engranaje de dominio, cuando el estado tiene el poder y manda sobre el pueblo. Es que las organizaciones políticas emerjan como ejemplo y los miembros del partido, influyan en la obediencia política, que tanto ellos, como el resto de los trabajadores, deben adoptar como parte del manejo a que son sometidos.

En los limitados lugares donde dirigen jefes con mayor visión, a veces a personas escogidas, se les aplica la flexibilidad en el horario laboral, e incluso, la ausencia, en determinado momento en que su presencia carece de utilidad, con el fin de que lo devuelva en el momento mas conveniente, para elevar la productividad o mejorar la prestación del servicio. Esto es posible, mientras no son detectados por los organismos superiores que se lo prohíben de inmediato. Nadie puede relajar la disciplina, como si fuera ella la consecuencia de la improductividad laboral. Se prepara con esto, la justificación que hará sentir culpable al que se esfuerza, cuando los planes no se cumplan y no, al obsoleto equipo, la falta de materia prima, o la mala organización estatal.

Es evidente que el resultado seria superior aplicando la flexibilidad, que, pagándole 8 horas y solo se obtengan 4 de verdadero provecho, como ocurre en casi todos los países con economías centralizadas y planificadas, cuando las empresas son estatales. En Cuba, donde los salarios son tan bajos, con mas razón convendría liberar al obrero serio, en el tiempo muerto del día y comprometerlo a mantenerse en su lugar, en el tiempo vivo, o cuando de verdad sea necesario. Podría ser esta, una vía para mejorar en algo, tanto el descontento actual, como el producto interno bruto, si el estado mantuviera la materia prima para producir en las pocas fabricas que nos quedan, o los suficientes recursos para brindar asistencia y prestar servicios. Una sencilla formula que multiplicado por cientos de miles de centros, cooperaría al menos, a que el transporte se descongestionara, al no coincidir tantas personas, en el mismo horario.

Otra medida que pudiera favorecer en los hospitales y puntos asistenciales de todo tipo, dado los ínfimos salarios, [17 cuc], es, que cobren completo, por el cumplimiento de 4 horas en la mañana y a otro grupo, 4 horas en la tarde. Seguramente se resolverían muchos problemas debido al aumento del interés laboral y la disposición de mas tiempo para resolver las innumerables dificultades que nos agobian, emanadas de la escasez, extendiéndolos a los horarios que sean necesarios. Es lógico que en determinadas tareas no será posible. Así, las mujeres dispondrían de tiempo y se relajarían en esa pesadilla diaria de inventar qué cocinar. No tendrían sobre sus cabezas el peso de la ilegalidad de irse antes de la terminación de su jornada, cosa que hoy, es casi autorizado, ausentándose ¨¨escondido¨¨, o con algún falso pretexto, con el consiguiente estrés que les genera. Pero de nuevo la obediencia política decaería. Para eso se les paga la mitad del salario. Para obedecer, para sentirse restringidos y controlados, aun no teniendo nada que hacer.

Otra ventaja es que al disponer de tiempo, puede hacer una contrata en otro centro, contribuyendo a disminuir la deserción laboral y a mejorar el bienestar familiar. Muchos jóvenes se reincorporarían al trabajo debido al estimulo de ganar un poco mas y la ley del aumento de la edad para el retiro, absurda en un país donde el salario es de esclavos, no tendría que implantarse. Como es conocido, la causa del desempleo en Cuba, radica en los bajos sueldos con los altos precios del mercado y las dos monedas circulantes, la inadecuada e incomoda manera de llegar hasta los destinos laborales, y el deterioro de su infraestructura que no invita a acudir a ellos, donde los servicios sanitarios están en deplorable situación, el almuerzo es pésimo si lo hay y, ni para tomar agua fría potable, es fácil. ?Quien puede desear trabajar así¿

Muchos médicos jóvenes no saben el porqué se implantaron las guardias de 24 horas, y mucho menos el motivo de que no se les pague. El éxodo masivo de 1959, en el que de 6000 galenos, se fueron al exilio la mitad, obligó a la urgente medida para garantizar la atención de los cuerpos de guardia y ahí mismo se perpetuó. Las leyes que favorecen al régimen, se hacen vitalicias, las que no, se modifican, siempre con una justificación, basadas en la insotenibilidad o la necesidad. Hoy, somos mas de 70,000 médicos y estomatólogos, ?que sentido tiene, con la vida tan encarecida, mantener la guardia de 24 horas gratuita¿, al custodio le pagan, al técnico y la enfermera también, al medico, no. Según, El Hombre Mas bueno Del Mundo, es un logro de la revolución y los logros, no se eliminan, ?hasta cuando este patriótico concepto¿. ?Por que no las retribuyen¿, ?porque no se pueden aprobar turnos de 8 horas y que ganen por condiciones anormales los que las hagan de noche¿. Una guardia cada 6 días y hasta mas frecuentes, cumplidas por años, es una manera de acabar con la salud de los hombres y va contra lo que han defendido los sindicatos internacionalmente, pero no el que pagamos aquí y que responde a la administración, no al obrero. Es sencillamente, un abuso, como lo es también, que además de las repetidas guardias, el medico y el estomatólogo, se quedan en sus consultas cuando otros salen de misión, haciéndoles su trabajo, no cobran el salario de aquel, que si lo sigue devengando, y reciben además, una cantidad en divisa aquí y otra allá y al termino, una suma acumulada según años. ?Como se le puede llamar a esto¿, ?Para que sirve el sindicato de la salud, si no defiende los derechos de los trabajadores y por el contrario, facilita su explotación¿

Las condiciones en las que se realizan, son otro aspecto a tener en cuenta y en el cual, el papel del sindicato sigue ausente demostrando que es una farsa estatal. El lugar de descanso, es colectivo, sin importar el sexo, poco ventilado en la mayoría de los hospitales y policlínicos. La comida pésima, con un horario limite, muchas veces fría, los sitios de aseo personal y sanitarios, con poca higiene, las condiciones de las consultas deprimente, las investigaciones disponibles, limitadas o nulas y en ocasiones, falta hasta el agua. Los hospitales donde se atienden los militares son otra cosa. Es que ningún estado puede mantener con calidad, todo lo necesario para que exista confort, comodidad, así como adecuada alimentación y limpieza a un sector tan grande y que lo que produce es salud. La resultante de tanto atropello es que los que reciben remesa, o estuvieron en misiones, o tiene algún negocio extra, pagan sus guardias y los que no... La indolencia, la negligencia y el sentir humano, se evaporan cuando se ha llegado a tal extremo, en el único organismo, en que no puede ocurrir.

La carga social que representa para el gobierno la reparación y mantenimiento de todas las entidades de salud, la atención medica e ingresos hospitalarios gratuitos, el gasto en transporte, combustible, en alimentos, ropa, corriente, etcétera en un área que no produce y con una economía incapaz, conduce inevitablemente a la potencia medica ineficaz y deprimente que vivimos hoy y sufrimos todos. Siempre estará peor, así ha sido históricamente. El subsidio termina siendo un suicidio, castración, derrota. Ese es el panorama actual y la causa de que no se hagan modificaciones que puedan aumentar el estipendio. Se hundirá mas en la miseria el sector de la salud pues existirán menos recursos. Seguirán empeorando tanto las condiciones asistenciales, como laborales. Aumentará el gasto estatal, mientras la producción se estanca o disminuye.

Miles de médicos, enfermeras y técnicos han abandonado hoy sus queridas profesiones, empujados por la injusticia laboral y salarial, o por la obediencia e imposición irresponsable de hacerlo mal, inventando, cuando se trata de la vida del hombre. Yo soy uno de ellos.

El estado puede buscar la solución pero no la quiere, le costaría el puesto, se les iría de la mano el poder y eso es lo único que no puede pasar. Solo tendría que permitir la privatización [mala palabra], de una parte del ministerio, admitiendo consultas y clínicas particulares que aumentarían las opciones con lo cual, se ampliarían los servicios y recogería un impuesto importante para reconstruir los hospitales y locales, cerrando los que se están cayendo y arreglando los que aun soportan, garantizándole lo necesario para que la población de menos ingresos, continúe teniendo atención gratuita, incluidos los policlínicos, con los horarios propuestos que no modificarían los ingresos, pero si el tiempo laborable útil. El gasto estatal seria inferior pudiendo desviarlo a otro organismo. La posibilidad de nuevos empleos con infraestructuras atrayentes, aumentaría el nivel de vida del personal medico y para medico y su calidad. Los que hoy no ejercen, podrían sentirse estimulados a regresar y, pagarían por el servicio, los mismos que hoy pueden hospedarse en los hoteles, hacerse de un celular, o adquirir una bicicleta eléctrica, ofertados por el estado, porque tienen, remesa familiar, regresaron de una misión, o se dedican a negocios que siguen existiendo y nunca acabaran, aunque se multiplique la represión, en una sociedad cerrada. Cada vez soportamos menos y ya se han dado manifestaciones no tan pasivas que anuncian, que de no hacer algo, si no se cierran los centros de salud por inhabitables y disfuncionales, lo harán, por una huelga en el sector, tal vez la primera en este periodo.

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