HOLGUIN, Prisión Provincial, 7 de junio (www.cubanet.org) -Señor Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon:
Dios lo bendiga. Le escribo porque sería de mi beneplácito que usted pudiera, en el momento oportuno, hablar con el señor Rodrigo Malmierca, embajador de La Habana en dicho organismo mundial.
El gobierno de La Habana está satisfecho por la candidatura de Nicaragua y Bolivia para ingresar en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
El motivo de esta carta es para que usted, Sr. Ban Ki-Moon, pida a las autoridades cubanas que declaren la verdadera situación en las cárceles cubanas, donde a diario se maltrata física y psicológicamente a los reos. Muchos presos que trabajan no reciben salario. Los mismos son recogidos los días de visita ministerial.
El estudio que se imparte es de poca calidad. El preso que no hace los exámenes por cualquier motivo, el maestro facilita que otro prisionero le haga la prueba, ya que lo importante es la promoción y graduar.
En los más de tres años que llevo en la cárcel provincial de Holguín, he conocido gran cantidad de presos que no saben leer ni escribir. Y para que este dato le llegue mejor, en mi destacamento, el No.10, hay tres en estos momentos: Alexei Quevedo Morales, Yunier Betancourt Guevara y Arcelio Tamayo Ricardo. A los mismos, relativamente jóvenes, la falta de cultura les impide la comunicación con la familia a través del correo.
La comida es mejorada sólo los días de visita de los militares. A la misma no se le incluye grasa ni especie sazonadora, sólo se aumenta la copa del arroz y algo de verduras.
En esta visita los presos son amenazados para que no planteen problemas. Algunos son trasladados a escondidas en estos días. Siempre hay algunos que dicen lo que pasa, pese a la presión. Estos reclusos tienen un futuro inseguro por esto.
Por último pido a Malmierca que declare ante usted por qué en Cuba hay un grupo de presos políticos y de conciencia a los que se les tilda de mercenarios si jamás han respondido a otros intereses que a los de su propio pueblo, siempre alzando la voz, nunca con violencia: pedimos cambios y oportunidades para todos.
Creo que por abrazar la bandera de la libertad humana, sólo la voluntad de Dios debe intervenir ante el hombre para bendecir.
A usted secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, dejo la última palabra.
Gracias.
Alfredo Domínguez BatistaPreso de conciencia, condenado a 14 años de privación de libertad en abril de 2003, en la causa de los 75.
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