Juan Carlos Linares Balmaseda
12 de junio de 2007La Habana – http://www.payolibre.com/ – El periodista independiente Víctor Rolando Arroyo Carmona, condenado a 26 años en marzo de 2003, lleva meses a la espera de un estomatólogo para dos de sus dientes superiores que se le partieron. Elsa González, la esposa del recluso político, denunció que Arroyo tenía un diente partido y que hace cuestión de tres meses se le partió otro.
Después de muchas reclamaciones las autoridades carcelarias de la Prisión Provincial de Holguín autorizaron a los servicios médicos de dicha prisión efectuarle una impresión bucal.
“La impresión se la realizaron hace más de un mes, sin que hasta la fecha se le haya dado solución a su malestar”, ahondó la señora González desde la Provincia de Pinar del Río vía telefónica.Otro conflicto que afecta al corresponsal de 56 años de edad encarcelado está relacionado con la hipertensión arterial que padece.
Generalmente las autoridades sanitarias de la prisión justifican que por la carencia de esfigmomanómetro no pueden verificar de forma cotidiana la actividad cardiaca de los reclusos enfermos, sin embargo cuando en repetidas visitas la señora González le ha llevado uno para Arroyo los carceleros le rechazan el equipo.
12 de junio de 2007La Habana – http://www.payolibre.com/ – El periodista independiente Víctor Rolando Arroyo Carmona, condenado a 26 años en marzo de 2003, lleva meses a la espera de un estomatólogo para dos de sus dientes superiores que se le partieron. Elsa González, la esposa del recluso político, denunció que Arroyo tenía un diente partido y que hace cuestión de tres meses se le partió otro.
Después de muchas reclamaciones las autoridades carcelarias de la Prisión Provincial de Holguín autorizaron a los servicios médicos de dicha prisión efectuarle una impresión bucal.
“La impresión se la realizaron hace más de un mes, sin que hasta la fecha se le haya dado solución a su malestar”, ahondó la señora González desde la Provincia de Pinar del Río vía telefónica.Otro conflicto que afecta al corresponsal de 56 años de edad encarcelado está relacionado con la hipertensión arterial que padece.
Generalmente las autoridades sanitarias de la prisión justifican que por la carencia de esfigmomanómetro no pueden verificar de forma cotidiana la actividad cardiaca de los reclusos enfermos, sin embargo cuando en repetidas visitas la señora González le ha llevado uno para Arroyo los carceleros le rechazan el equipo.
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