11/07/2007 Roger Rubio Lima
Roger Rubio Lima, periodista independiente y miembro del Movimiento Cristiano Liberación (Directorio)
La juventud cubana del siglo XXI es una preocupación para los que gobiernan nuestro país porque los jóvenes, como dijo el pensador latinoamericano, José Ingenieros, “no tienen complicidad con el pasado”. Los jóvenes cubanos detestan a un régimen retrógrado que les cierra las puertas del mundo real y los mantiene sin libertades. Una prueba de esto son los miles de jóvenes que arriesgan sus vidas en el mar tratando de llegar a los Estados Unidos. Los jóvenes cubanos nos se sienten amenazados por ese generoso país que los acoge cuando llegan a sus tierras y de una vida digna. Eso lo saben los que gobiernan a Cuba y por eso están preocupados.
Los jóvenes en Cuba no tenemos acceso al Internet y para estudiar debemos fingir que somos revolucionarios. Cuando nos expresamos libremente somos expulsados de la universidad como en mi caso. Mi nombre es Roger Rubio Lima, y en el 2002 fui expulsado de la Universidad de Camagüey por haber firmado el Proyecto Varela, una iniciativa que pide cambios en las leyes y que firmaron más de 25.000 cubanos. Esto demuestra el control que este sistema fracasado tiene sobre la juventud y el terror que tienen de que cuando desaparezcan sus líderes, ya ancianos, la juventud cubana quiera cambios.
Los jóvenes son esperanza para los pueblos y los jóvenes cubanos son la esperanza de Cuba. Los jóvenes en Cuba aplaudieron al Papa Juan Pablo II cuando dijo: “No dejen para mañana el construir una sociedad nueva donde los sueños más nobles no se frustren y donde ustedes puedan ser los protagonistas de su historia.” Los jóvenes cubanos queremos ser protagonistas de la historia, por eso nos temen los ancianos que no se resignan a reconocer que su tiempo ya pasó.
Roger Rubio Lima, periodista independiente y miembro del Movimiento Cristiano Liberación (Directorio)
La juventud cubana del siglo XXI es una preocupación para los que gobiernan nuestro país porque los jóvenes, como dijo el pensador latinoamericano, José Ingenieros, “no tienen complicidad con el pasado”. Los jóvenes cubanos detestan a un régimen retrógrado que les cierra las puertas del mundo real y los mantiene sin libertades. Una prueba de esto son los miles de jóvenes que arriesgan sus vidas en el mar tratando de llegar a los Estados Unidos. Los jóvenes cubanos nos se sienten amenazados por ese generoso país que los acoge cuando llegan a sus tierras y de una vida digna. Eso lo saben los que gobiernan a Cuba y por eso están preocupados.
Los jóvenes en Cuba no tenemos acceso al Internet y para estudiar debemos fingir que somos revolucionarios. Cuando nos expresamos libremente somos expulsados de la universidad como en mi caso. Mi nombre es Roger Rubio Lima, y en el 2002 fui expulsado de la Universidad de Camagüey por haber firmado el Proyecto Varela, una iniciativa que pide cambios en las leyes y que firmaron más de 25.000 cubanos. Esto demuestra el control que este sistema fracasado tiene sobre la juventud y el terror que tienen de que cuando desaparezcan sus líderes, ya ancianos, la juventud cubana quiera cambios.
Los jóvenes son esperanza para los pueblos y los jóvenes cubanos son la esperanza de Cuba. Los jóvenes en Cuba aplaudieron al Papa Juan Pablo II cuando dijo: “No dejen para mañana el construir una sociedad nueva donde los sueños más nobles no se frustren y donde ustedes puedan ser los protagonistas de su historia.” Los jóvenes cubanos queremos ser protagonistas de la historia, por eso nos temen los ancianos que no se resignan a reconocer que su tiempo ya pasó.
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