domingo, 30 de diciembre de 2007

El joven del pullover rojo




Por Manuel Ángel Reina
ABC (Cartas al Director)

Soy un amigo de Manuel Benito de Valle, el joven español del pullover rojo que se ha asomado, estos últimos días, a las cadenas y periódicos punteros del pais y de fuera.

Pues bien, Manuel, junto a un reducidísimo grupo de catorce o quince valientes disidentes, en una protesta anticastrista, ha pedido al pueblo cubano que se despabile, que se de cuenta de los atropellos que hace el gobierno de la isla caribeña a los derechos humanos más elementales.

La respuesta, lejísimos de lo justo, ha sido insultos, empujones, puñetazos y patadas por parte de una turba, organizadamente desorganizada, de civiles y guardias de incógnito siempre lista y preparada para lo que el gobierno revolucionario llama cínicamente "actos de repudio".

Mi amigo ha sufrido en su propia carne lo que esto significa: El camuflaje del totalitarismo populista que es el propio pueblo; El escondite de los soberbios, que es su garantía de vida y de poder. Pero no todos están dispuestos a que se les utilice como disfraz. La disidencia no juega a esta farsa.

Lo que quiero decir con esta carta es que la acción de mi amigo, estando allí con los disidentes secundando su afán de libertad, es una acción magnánima, una acción de altura, por encima de cualquier ideología, rasgo político, partidismo o bajo prejuicio. Una acción a la que no estamos acostumbrados en este tiempo de gatos pardos, de noche de las opiniones, de medias tintas, de hoquedades morales.

Manuel sabe con claridad que uno es en función de sus enemigos, como ya anticiparía un pensador alemán, y se los ha sabido buscar: quienes son menos humanos, menos justos, más egoistas, mentirosos e insensatos. Ojalá todos fuéramos un poco como él.

Manuel, tus amigos te admiran.

Manuel Ángel Reina Rodríguez. Sevilla.

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