domingo, 30 de diciembre de 2007

Una marcha para todos

Lucas Garve. Fundación por la Libertad de Expresión
24-12-07 (Cubanet.org)

Dr. Darsi Ferrer Ramírez


LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) -Darsi Ferrer Ramírez tiene 38 años de edad, es médico de profesión, opositor pacífico y vive en La Habana. Llego a su casa en la barriada de Santos Suárez y lo encuentro en la puerta, iba a salir, pero ante mi solicitud de hacerle algunas preguntas no duda en invitarme a entrar. Su esposa Yusnaima Jorge Soca, ni el pequeño Dariel, de seis años están allí en ese momento.

El doctor Ferrer Ramírez pudiera ser como cualquier otro médico cubano si no se distinguiera por haber creado un Centro de Salud y Desarrollo en su comunidad de Santos Suárez y haber convocado por dos años consecutivos a una marcha silenciosa en un céntrico parque del Vedado el día 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.

En las dos ocasiones en que junto a un pequeño grupo de seguidores ha concurrido a la anunciada cita, enfurecidos partidarios del régimen comunista cubano apoyados por fuerzas represivas de la policía política les han impedido caminar en silencio por el parque de Calzada y D.
El pasado 10 de diciembre, Ferrer Ramírez y su esposa Yusnaima Jorge Soca fueron virtualmente batidos por brigadas organizadas por las organizaciones gubernamentales y guiadas por la policía política.

En conversación con el Dr. Ferrer García sobre el obstaculizado evento nos dijo que “la marcha estaba dedicada a manifestarse en contra del apartheid que sufre la mayoría del pueblo cubano, tanto los comunistas como lo no comunistas, los políticos, no políticos, los religiosos, los no religiosos, incluso hasta los que nos golpearon.”

Darsi es un hombre de talla mediana, 1,76 y de un peso de 67 kilos, sin embargo su decisión de luchar por la democracia en Cuba sobrepasa sus dimensiones físicas.

Su hijo, Dariel Ferrer Jorge ha sufrido asimismo el avatar de sus padres. “En una ocasión en que vinieron a arrestarme arbitrariamente como a las 2 de la madrugada, me lo dejaron solo en la casa y los vecinos fueron a buscar a la mamá que estaba en casa de su familia. Al entrar ella en la casa, se percató que no solamente habían dejado al niño a solas, sino que además habían dejado una llave de la cocina de gas abierta.” Y continúa explicándome la situación del pequeño Dariel: “Añádale a esto que mi esposa y yo hemos sufrido en la casa doce actos o mítines de repudio, esto tiene al niño traumatizado, presenta dificultades en la concentración, el llanto fácil, es excitable, en la escuela no tiene asimilación suficiente, su comportamiento tampoco es normal.”

A la pregunta de cómo él caracterizaría las Navidades de este año, el Dr. Ferrer García expresa que ve mucha tristeza en el pueblo, mucha desesperanza. “Ya llevamos como 18 meses de sucesión hereditaria y no se han instrumentado las más mínimas medidas que favorezcan al pueblo, la más mínima propuesta de solución para los muchísimos problemas que enfrentan las familias cubanas. Estas son unas navidades de total infelicidad, desesperación y desesperanza. La única solución que ven los cubanos es tirarse al mar para que los tiburones se los coman o poder escapar de la isla.”

Acerca del apoyo recibido a su causa y a las convocatorias de protesta dentro de la isla y fuera de ella, por parte del exilio puntualizó que “tenemos un contacto constante con la población por la labor que realizamos en el Centro de desarrollo de salud y derechos humanos, pues visitamos las comunidades y las villas miseria a ofrecerles asistencia médica a estos marginados. A los niños tratamos de llevarles juguetitos, vitaminas, literatura infantil, aquí mismo en la comunidad siempre estamos pendiente de los vecinos que tienen problemas de salud, condiciones de miseria para ver cómo los apoyamos. Recibimos medicamentos, alguna que otra ayuda del exilio y esto permite que continuemos con nuestra labor. Es decir que somos como un intermediario entre el exilio y personas muy necesitadas.”

La casa donde reside el Dr. Darsi Ferrer Ramírez y su familia se observa en malas condiciones constructivas. Las paredes prácticamente desprovistas de pintura. Los escasos muebles no poseen ninguna característica que los identifiquen con algo parecido al confort. No obstante, Ferrer Ramírez no me habló de sus condiciones materiales de vida, de la falta de comodidades mínimas, sus preocupaciones van en dirección al destino de los suyos y de su país. Él desea cambiarlo para mejor.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/dic07/24a4.htm

No hay comentarios: