jueves, 22 de noviembre de 2007

PONENCIA DE OSWALDO PAYÁ EN CONGRESO CATOLICOS EN LA VIDA PUBLICA MADRID NOV 2007

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LA PRIMERA LIBERTAD, LA DE LOS HIJOS DE DIOS

Nadie quiere que la iglesia sea perseguida, pero es un hecho que aun esa iglesia es más libre que una iglesia que de alguna manera se une o se somete al poder político. La iglesia cubana no tiene esa experiencia de poder, gracias a Dios, desde hace más de un siglo, más bien desde hace casi medio siglo ha sufrido persecución, acoso, exclusiones, represión y hasta el presente, la acción opresiva de control, injerencia e intimidación sistemáticas, de los cuerpos represivos, el Partido Comunista y el propio Gobierno.

El proceso de descristianización de la sociedad y la cultura, en suma el intento de descristianización forzosa de la vida, no fue un complemento o adición peculiar del régimen totalitario que se instalaba en Cuba, sino una de sus componentes esenciales. Fue y es, instrumento de vaciamiento espiritual de la persona, de aniquilamiento moral, para sustituirla por la moral socialista que a la larga resultó un vacío en muchos aspectos de la conducta humana, que quedaron sin referente. La única moral aceptada y también impuesta, consistió en decir y callar y en hacer y dejar de hacer, de manera que la persona y su vida fueran incondicionales al régimen y a su figura dirigente.

Resultado, un grave daño antropológico, por el intento por parte del régimen de apropiación de todos los aspectos de la vida de la sociedad y de la persona misma, al menos lo intentan todavía. Se impuso el ateísmo marxista leninista en escuelas y programas de estudio, se difamó de la iglesia y se tergiversó la historia, se usó y aun se usa la burla y todo tipo de degradación de la imagen de la iglesia, en los libros, periódicos, la radio, la televisión y especialmente en la producción cinematográfica que en el nuevo régimen renació con la misión ideológica prioritaria y sistemática de atacar la iglesia, la religión y la religiosidad de los cubanos. Seguir dando testimonio de fe públicamente con todas las consecuencias de burla, exclusión, envió a trabajos forzados, prisión bajo diversos pretextos, martirio en algunos casos y vivir marcados como enemigos de la revolución en todos los ámbitos de la sociedad. La iglesia y por tanto sus laicos continuaron evangelizando y unidos en Cristo a la Iglesia universal con un sentido de pertenencia radical. La iglesia no se dividió, ni sirvió de instrumento al régimen, algo que nunca le ha perdonado.

Toda esa descarga descristianizadora va acompañada de la represión directa, que incluye desde el fichaje policiaco de cada persona creyente practicante, hasta hostigamiento y agresiones diversas contra laicos, sacerdotes y religiosas que muestren inclinación a defender, promover o tan sólo acompañar a los que está en desventaja por cualquier causa.

Tal como lo hace el fundamentalismo secular, el fundamentalismo comunista crea las condiciones para el sometimiento total de las personas y los pueblos, desarmándolos, o peor desalmándolos. Decir que el régimen totalitario trata de apoderarse de la vida de la sociedad en todas las dimensiones y de la persona misma, no es una forma de hablar, es el rasgo más opresivo y deshumanizante de este régimen.

Estamos entonces hermanos ante un problema religioso y un desafío para los cristianos. Resuenan los tambores, se escuchan las trompetas, que llaman a liberación.

La opción de luchar y trabajar pacíficamente por la liberación integral, en nuestra situación opresiva es una opción por el prójimo, desde la fe y por amor, es la lucha por la dignidad de nuestros hermanos, de sus derechos es renovarse en la libertad de los hijos de dios y proclamar ese don divino que es inalienable.

Antes de nacer el Movimiento Cristiano Liberación, teníamos un grupo de reflexión informal al que llamábamos "la Peña". Después decidimos fundar, en 1986 un círculo más formal al que llamamos "Peña Cristiana del Pensamiento Cubano", en la Parroquia del Cerro, para reflexionar sobre la realidad cubana a la luz del Evangelio y de la enseñanza social de la Iglesia. Había mucho silencio, mucho miedo y muchas racionalizaciones en la sociedad cubana y también en la iglesia. Nosotros editábamos una publicación de una sola hoja llamada mimeografiada "Pueblo de Dios". Quizás la primera publicación libre en Cuba desde que llegara el comunismo. Hablábamos de la libertad religiosa como algo que debe ejercerse sin permiso y denunciábamos la opresión en todos los aspectos de la vida. No pretendíamos hacer teología, simplemente decíamos: Jesús dice: que demos al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. Pues resulta que el Cesar quiere nuestras vidas, nuestra libertad, que son de Dios, dones que nos da gratuitamente por lo que no se la vamos a entregar al Cesar. Algunos pastores prohibieron que la Peña siguiera funcionando y que repartiéramos la publicación "Pueblo de Dios."

Decidimos fundar el Movimiento Cristiano Liberación, no bajo la sombrilla, ni la identidad ni la responsabilidad de la Iglesia, sino totalmente nuestra. Un movimiento cívico, no confesional, no religioso ni para religioso, pero inspirado en el humanismo cristiano y en el que pueden participar todos los que acepten esos valores, practiquen o no una religión. Otra cosa no desvinculada, es la espiritualidad que animó y anima a los que fundamos este movimiento y a muchos de sus miembros católicos. No puedo negar que esta opción en la vida política y social también trajo para nosotros, exclusiones e incomprensiones en la misma iglesia, aunque nunca tratamos de tener su apoyo institucional y mucho menos ser brazo político de la Iglesia. En primer lugar por fidelidad a la propia iglesia, que además no debe tener, ni tiene, brazos políticos de ningún signo. En segundo lugar por distinción de planos. Pero tampoco ha estado ausente la solidaridad y el acompañamiento en la fe de algunos y algunas, que en la iglesia siempre arriesgan más por los perseguidos. La vida en la comunidad católica, es decir en esa familia grande que se encuentra en la Eucaristía y comprarte muchas vivencias comunes, que trabaja evangelizando en el barrio, es imprescindible para la vida del laico cualquiera que sea su vocación y su opción de servicio desde la fe en el mundo. Si el laico no tiene pertenencia viva a la comunidad a que me refiero, no se sentirá "enviado" para su misión en el mundo, ni fuerte para ser coherente con la fe en todos los aspectos de su vida y corre el riesgo de desconectarse de su fuente.

Un comportamiento verdaderamente épico tienen todos los prisioneros políticos cubanos con su coraje y consistencia moral. El testimonio de los prisioneros políticos que son cristianos, también es digno de admirar, pues han crecido en una espiritualidad, que les sostiene en medio de ese trato cruel que reciben mientras evangelizan a los que conviven con ellos y su conducta en medio de la adversidad es verdadera inspiración para todos nosotros. No quiero hacer reproches, pero en general no se han escuchado voces de solidaridad con estos hermanos prisioneros, de parte de los laicos en Latinoamérica y en Europa, con la excepción de algunas que agradecemos y valoramos mucho.

Nuestro movimiento ha luchado pacíficamente, en medio de la persecución, promoviendo la liberación personal y la solidaridad como bases para la lucha cívica. Estamos desarrollando ahora una campaña ciudadana, bajo el título de Foro Cubano, para impulsar el Proyecto Varela y otras iniciativas para demandar los derechos ciudadanos. Muchas expectativas e incertidumbres hay sobre Cuba y en cuba. Muchos hablan de cambios y de diversos posibles modelos y medidas de parte de los que está en el poder para continuar el totalitarismo en otros estilos. Nuestra posición es radical: Demandamos todos los derechos para todos los cubanos por que somos seres humanos.

Esto que parece elemental es lo que está en peligro de ser escamoteado y nuestro movimiento insiste radicalmente en que el primer valor es la persona misma, más allá de ideologías, modelos y poderes. Por lo tanto los cambios sólo son para bien si implican el reconocimiento de todos los derechos por las leyes. Hemos lanzado una visión de cambio en el Programa Todos Cubanos, bajo el signo de la libertad, la participación democrática, el dialogo y la reconciliación- Muchos nos critican porque afirmamos que la dimensión del perdón es inseparable de la verdadera liberación, y por que defendemos la sociedad de todo tipo de fundamentalismo, el político, el religioso, y también del fundamentalismo mercantil y de toda realidad opresiva que ponga el poder político, económico o de cualquier índole por encima de la persona o menoscabe su dignidad y condición humana. También nos atacan acusándonos sólo porque invocamos a Dios cuando nos sale del alma. Nosotros hemos tenido la experiencia de que la fe no puede ser arrancada de nuestras almas, ni silenciada por ningún poder por represivo y violento que sea, aún cuando este poder sea tan totalitario que se apodere del ambiente social en su totalidad, por lo que no creemos que tampoco, la fe o la creencia religiosa puede ser impuesta ni inducida desde ningún poder, tampoco el del estado.

Las personas tienen derecho a creer y no creer, a practicar religión y a no hacerlo, pero por eso mismo es un derecho para los que creemos profesar nuestra fe y expresarla y vivir consecuentemente con esta públicamente. Hay una trampa, un contrasentido del secularismo profesional, que es afirmar como un supuesto derecho el silenciar a los creyentes y negarnos nuestro autentico derecho a expresar nuestra fe y actuar en consecuencia en todos los ámbitos de la vida. Eso es inaceptable. El laico cristiano no puede perder su libertad interior por miedo o por intereses, pues ya no podrá dar testimonio. Tampoco debe dejar de expresar su fe oportunamente, simplemente por que en el ambiente han impuesto la regla de que hablar de Jesucristo o de la fe “es de mal gusto.”

La fe puede expresarse siempre con respeto al prójimo, a su vida y a su dignidad y al bien común sin violencia y sin imposiciones, pero con total libertad y es esa libertad la que niegan el fundamentalismo comunista y el secular. Niegan esa libertad, que es la primera libertad, la que tienen todos los seres humanos por ser hijos de Dios, creyentes o no, para después arrebatar las demás libertades y toda la libertad.

Hago un paréntesis para comentar: acabo de recibir una estatuilla de madera del Quijote, con escudo, lanza, bigote grandísimo y todo, me la envía desde la cárcel Regis Iglesias, uno de los líderes del Movimiento Cristiano Liberación que está condenado a 18 años de prisión. En la parte inferior de la base de la estatuilla, Regis escribió unas frases del Quijote que expresan exactamente el porque del Movimiento Cristiano Liberación:

"Porque me parece duro caso, hacer esclavos a los que Dios y naturaleza hizo libres"

Que sabio y liberador son estas frases del Quijote para nuestro tiempo, en que muchos poderes pretenden esclavizar al ser humano, tratando de suprimir a Dios en sus vidas y alterando la propia naturaleza humana. Pero no se desesperen, que siempre, y la historia lo demuestra, el ser humano, y también ahora, responde rescatando su naturaleza y caminando al encuentro de Dios que es el autor de esa naturaleza y que imprime a todos sus hijos esas primeras e imborrables vocaciones: la del amor y la de la libertad.

Eso es liberación.

Texto de la ponencia de Oswaldo Payá que leyó su representante en Europa, Carlos Payá, en el Congreso “Católicos y Vida Publica,” que organizó la Fundación San Pablo CEU en Madrid. Para su difusión inmediata. Para más información, favor de contactar: Francisco De Armas, Julio Hernández, Representantes Internacionales, Movimiento Cristiano Liberación, (787) 549-1805, fdamcl@cs.com.

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