domingo, 29 de abril de 2007

Los trabajadores cubanos ansían vivir en libertad


José Daniel Ferrer García*


28 de abril de 2007

Kilo 8, Camagüey - bitacoracubana - Ya está próximo el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, y una vez más, la clase obrera cubana tendrá que marchar a favor del causante de sus males: el régimen totalitario de los hermanos Castro.

Muchos en el mundo libre no pueden entender que miles de trabajadores desfilen en contra de su voluntad en actos políticos, cuyo principal objetivo es rendir culto al patrón opresor. Y es obvio, ellos no saben lo que es vivir bajo un sistema totalitario, único empleador, único amo y señor.

Pero los trabajadores cubanos, al igual que ocurría con los del extinto bloque soviético, anhelan conquistar su libertad. Desean sacudirse el pesado yugo que los oprime y en medio de la fuerte represión imperante, muchos dan su aporte a la lucha por la democratización de nuestra patria, aun a riesgo de perder sus empleos, e incluso, de terminar en prisión.

Este 1ro. de Mayo el proletariado cubano celebrará una vez más el Día Internacional de los Trabajadores bajo la dirección de una central sindical que sólo sirve a los intereses de la tiranía. Los trabajadores cubanos son los únicos en el hemisferio occidental a quienes se les priva del derecho a formar sindicatos libres, así como el derecho a la huelga.

Allí están los sindicalistas independientes que cumplen largas condenas de prisión, ahí están los que sufren el constante acoso de los órganos represivos, en flagrante violación de lo establecido en convenios de la Organización Internacional del Trabajo, firmados y ratificados por el gobierno cubano.

Este 1ro de mayo, como dije el año anterior, ninguna voz se alzará en las tribunas para denunciar la precaria situación en que vive la clase obrera cubana. Ninguno de los oradores criticará las medidas impopulares del gobierno que hacen tan difícil la vida de la población. Nadie hablará en esos actos por aquellos que no expresan lo que sienten por temor a perder el empleo con que malamente sustentan a sus familias; por los que ven con dolor a sus hijos acostarse con hambre, o que no le pueden comprar el par de zapatos que necesitan.

Muchos vivas darán al tirano y al heredero al trono. Muchos vivas al régimen despótico. Pedirán se juzgue a un terrorista, mientras aplaudirán a otros, pero nada se dirá que represente verdadera mejoría para el trabajador. Nada esperanzador, nada de derechos, nada de libertad, sólo retórica y más retórica, que junto a miseria y represión es lo único que podemos esperar de la dictadura actual.

* José Daniel Ferrer García, preso político en la cárcel Kilo 8, Camagüey

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