Por Sinue Escolarte*.
La Habana, 1 de febrero de 2008.
Hasta el momento, no se conoce lo eterno. Todo tiene un fin. Lo tendrá lo mas grande y perfecto. El Universo, creado por quien también sucumbirá para persistir, para no morir, para perpetuarse, también caerá. La vida, después de la vida, desaparecerá. Lo que hasta el momento hemos vivido y disfrutado sobre la tierra, es mera ilusión, un intento, un ensayo que solo serviría para demostrar que el proyecto pensado, seria concretado. Realmente, lo parecía. Era un buen proyecto, que solo necesitaba para llevarlo a efecto, de la buena voluntad del hombre, de su justa apreciación, de su honesta claridad y transparencia.
Pero se equivoco. El hombre escogió mal su línea de vida, su dirección. Por eso hoy, agonizamos entre odios y contradicciones, entre guerras y ambiciones.
Los sistemas económicos, surgidos para buscar la felicidad, el bienestar, han demostrado ser un fracaso, en su forma primitiva, de la que no han salido aun. El hombre tiene de todo, menos verdadera y total tranquilidad.
El capitalismo imperfecto y cruel, ofrece opciones que les resultan muy difíciles de alcanzar, a la inmensa mayoría de los que en su interior viven, que sumidos en la ignorancia y hundidos cada vez mas en ella, debido al desarrollo tecnológico desmedido y creado mas para enriquecer, que para mejorar, no encuentra la salida para esa mayoría, que se retuerce en su búsqueda sin soluciones.
La solución entonces seria, seguir incrementado su desarrollo socioeconómico al máximo, que a la larga, permitirá al mas pobre e ignorante, mejorar su vida y pensar así mas fácilmente en sus propias necesidades, dándose cuenta a su vez, de la responsabilidad que tienen en su problema y no continuar dependiendo ,como si fuera una absoluta obligación. Que sea capaz de utilizar las oportunidades, que a su alcance están, con la libertad que disfrutan y no las dejen pasar, para así, no tener que apoyarse tanto en la responsabilidad que tienen los gobiernos.
En el capitalismo, son muchos los pobres que prefieren depender del papel directriz del estado. Parece como si el sacrificio y el esfuerzo fueran solo un gasto innecesario de su tiempo. Los pobres no solo crean entonces la desigualdad, o tienen una parte de la culpa de que exista, sino que en muchos casos, la profundizan. Esto lo viví personalmente, en un país africano.
El Socialismo benevolente y prometedor, es un salto atrás, que con el, incrementa las esperanzas, de la misma mayoría ignorante y pobre, que ahora se hunde mas en ellas debido al alejamiento progresivo del mismo desarrollo tecnológico, que debido a la escasez se incrementa diariamente, reforzado por confusiones y manipulaciones en la búsqueda de la igualdad, de la equidad, que siempre se estará esgrimiendo, pero que nunca se conseguirá.
Por el contrario, aquí el estado necesita la dependencia de las masas, para su manejo y utilización y por mucho esfuerzo individual que se haga, no se consigue el progreso, no hay opciones personales, no se permiten. Y todo el que lo logre, estará fuera de la ley.
Es este en el sistema que vivimos hace 50 años y la única solución que existe, es su cambio, pues no hay posibilidades de desarrollo en el, ni individual, ni colectivo. El tiempo lo ha demostrado con su paulatina involución. Todas son promesas, sueños, batalla de ideas, esperanzas. De eso nos nutrimos. De las esperanzas, las buenas ideas, intenciones, entrega al máximo y muchos deseos de mejoramiento humano. Todo esto ha hecho que luchemos, que defendamos y hasta que seamos capaces de morir, por él. Como en una religión, pero sin ella. Así fue el inicio de este proceso, total entrega. Así éramos casi todos. Pero lo poco repartido entre muchos, es ínfimo.
Después fue la búsqueda desesperada de recursos para sostener las ideas, el gasto inmenso en proyectos colectivos inútiles y el poco progreso evidente. Esto, hizo dudar a muchos de la validez del proyecto. Es entonces que la imposición y la mentira, a través de los medios de difusión, se hacen mas patentes, como combustible, en el afán de mantenerlo e impulsarlo. En este momento ya tendremos menos. Lo menos distribuido entre mas, dará muy poco, o nada.
Mas adelante en la medida que aumenta el fracaso, la imposición es abierta y las mentiras visibles, a la cara. La credibilidad se pierde totalmente, la decepción publica aflora, la impotencia duele, mortifica y frena, pues la imposición totalmente descubierta, infame, hace añicos la esparcida y poca libertad y de manera brutal, amenazadora e inescrupulosa, ha crecido, se ha hipertrofiado para poder apoyar mas a la mentira, que ya alcanza dimensiones inaguantables. Los mas pobres, los mas ignorantes, ya no la soportan. Nada repartido entre muchos, es cero.
En este punto estamos, de total desmoralización política y social, a pesar de la elevadísima y constante propaganda que para equilibrar, también se ha hipertrofiado. Casi no respiramos sin imágenes alegóricas y cantos luctuosos del pasado y triunfos pírricos y falsos del presente. A pesar de declaraciones triunfalistas, absurdas. A pesar de las celebraciones de cumbres, congresos internacionales y festejos políticos por montones, el pueblo cada vez, sufre mas decepción y se aleja mas del discurso político y cada vez se siente menos engañado. Ya no existe rechazo alguno cuando alguien abandona el país por celebre que sea. Por el contrario, se percibe la alegría, como si con ello, quisiéramos tener y demostrar, la que nos ha sido quitada, la que perdimos, lentamente y por muchos años.
Estamos en mitad de el mes de diciembre. Mes de recuentos, felicidad, amor, recuerdos, sueños. En mi país, la tristeza es lo común, la desesperanza, la melancolía. En las calles esta, allí se ve. Pero hasta el momento, no se conoce lo eterno. Todo tiene un fin. Todo lo tendrá. Lo mas grande y perfecto perece. La tristeza, también morirá...
miércoles, 6 de febrero de 2008
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