martes, 18 de septiembre de 2007

Entrevista Moraima León, Dama de Blanco y esposa del prisionero de conciencia Arturo Pérez de Alejo

14 de Septiembre de 2007

"“El apoyo es muy bueno. ¡Si no nos apoyaran qué sería de nosotras!”"

Detrás de su tímida voz Moraima León guarda una fuerza admirable. Se mantiene firme, segura y esperanzada en que pronto su esposo sea liberado, porque la condena que sufren él y los demás presos políticos cubanos desde hace cuatro años es una gran injusticia.


El esposo de Moraima es Arturo Pérez de Alejo, un fiel defensor no sólo de las libertades sino de la dignidad humana. Así lo demostró mientras fue presidente de la Organización Independiente de Derechos Humanos Escambray y bibliotecario independiente. Fiel a sus convicciones democráticas, Arturo fue también promotor del Proyecto Varela en Villa Clara. Todo lo hizo por amor a su familia, a la libertad, y al pueblo cubano que lleva casi medio siglo sometido a una dictadura. Su lucha fue pacífica, porque como dice su esposa “él no hizo nada malo, al contrario”.
Una tarde de marzo del año 2003, un grupo de agentes del gobierno cubano entraron en su casa y arrebataron a Arturo de su familia –su esposa Moraima y sus dos hijas, Claudia y Ailén-. En apenas una semana fue juzgado y condenado a 20 años de prisión, acusado por el régimen castrista de “actos contra la independencia y la integridad territorial del Estado”.


Desde entonces, Arturo lucha por sus ideas y por sobrevivir, ya que está aquejado de múltiples dolencias fruto de la mala situación de las cárceles; mientras que Moraima pide junto a las demás Damas de Blanco libertad para su marido y para todos los demás presos políticos. Esa libertad significará el primer paso hacia la libertad del pueblo cubano.

Moraima está cansada pero no pierde la esperanza porque en toda esta tragedia ve pinceladas de luz. La primera, que las Damas de Blanco se han convertido “en una gran familia”. La segunda, que cada vez más cubanos muestran abiertamente su solidaridad con las Damas y sus familiares. Cada vez hay más ganas de estar unidos para cambiar las persecuciones por libertad y vida.

María Ángeles Altozano (MAA) - Hola Moraima, ¿qué tal está? Me da mucha alegría saludarla.
Moraima Leín (ML) - Hola. Muy bien. –su voz suena dulce, y tenue, al principio casi tímida-.
MAA – Es usted la esposa de Arturo Pérez de Alejo, incansable defensor de los derechos humanos, ¿qué nos puede contar?

ML – Pues que Arturo está muy grave. Tiene ya siete problemas crónicos –nos comenta Moraima con voz preocupada y como si este tema le ocupase la mayor parte de su pensamiento-. Una de las enfermedades es una artritis generalizada en los huesos…serios problemas de salud, que hacen que no pueda mantenerse mucho en pie. Él siente mucho dolor –y al decirlo, suena como si Moraima pudiera sentir en su propia piel esos dolores de su esposo- y apenas puede hacer fuerza física. Son siete enfermedades…Ya van cuatro años de prisión y cada día que pasa se va poniendo peor, porque la situación en la cárcel es muy mala, hay malas condiciones, mucha frialdad que le viene muy mal para los huesos. Nos preocupa mucho a su familia cómo se encuentra Arturo, sobre todo a mí, que soy su esposa. Estoy muy preocupada. Este domingo me quedé muy mal porque llamó y me dijo que estaba mal y además, él ya tiene 57 años.

MAA – Teniendo en cuenta la situación de Arturo, ¿le permiten visitarlo con frecuencia?
ML – Él tiene las visitas cada 45 días. Lo veré el próximo día 21, que tenemos visita matrimonial, y el día 25 tenemos visita familiar (el esposo de Moraima está preso en Guamajal). Así que lo veré pronto. Está mal, muy delgadito, muy mal…incluso ahora le han dicho los médicos que puede que tenga una hernia discal. Tiene un dolor inmenso.

MAA – La injusta separación es de por sí dura, y supongo que si encima él está en esa situación debe ser aún peor…
ML - Sí. Estoy muy preocupada. Esto es terrible. El 18 hará ya cuatro años y medio que está preso. Y la situación empeora. Muchos de los prisioneros están muy enfermos y se ponen peor en las cárceles. Arturo entró en prisión con una o dos enfermedades y ya tiene siete.
Es muy difícil para ellos porque las condiciones en la cárcel no son las mejores: los lugares están en muy malas condiciones, la alimentación es mala… - este es el mismo relato, triste y real, que repiten indignadas cada una de las Damas cuando hablan de la situación de sus familiares-. Y lo peor para ellos es saber que están en esas condiciones, presos, pero que no han hecho nada malo. Ellos no han hecho nada malo, están ahí sólo por pensar diferente al régimen, y por luchar por los derechos humanos de una manera pacífica que es a lo que han dedicado su vida. Y por eso los han condenado.

MAA – ¿Ha habido en los últimos meses algún cambio con respecto a la situación de los presos políticos en Cuba?
ML – No. No hemos visto nada –afirma tranquila pero tajante-. Al contrario, lo que hay es mucha represión –añade-.

MAA – Cuatro años, y siguen su lucha casi con más ánimo que el primer día…
ML – Sí. Hay que seguir porque de nosotras depende la libertad de ellos. De lo que hagamos nosotras – Moraima, que parece una mujer tranquila y tímida al principio, se va mostrando poco a poco como una mujer fuerte, segura y con convicciones-.

MAA – ¿Y cómo está de ánimos Arturo?
ML – Él es fuerte. Está muy seguro de lo que cree y por lo que ha luchado. Sabe que su lucha es justa, y por eso sigue con su misma postura y actitud. Y se mantiene fuerte a pesar de que no está pasando un buen momento…el día 22 de septiembre perdió a su padre, además está muy enfermo. Se mantiene firme igual que al principio. Es una situación dura, pero él sabe que su esfuerzo no será en vano.

MAA – Es usted una de las Damas de Blanco, participa mucho en todas las actividades que organizan, y manifiesta públicamente su postura a favor de las libertades y los derechos humanos en Cuba. Esta es ahora su situación, ¿pero ha sido siempre activista?
ML – No, yo antes de que cometieran la injusticia de meterlos presos, en 2003, no participaba en estas actividades. Sabía lo que hacía Arturo y estaba de acuerdo con él pero yo no me dedicaba a esto, era ama de casa. Le he apoyado siempre porque es mi esposo y no hacía nada malo, al contrario.
Ellos están muy orgullosos de nosotras por lo que hacemos. Imagínese. Pero es lo que tenemos que hacer. Es lo mínimo que podemos hacer por ellos, apoyarles, darles muchas fuerzas para que sigan adelante.

MAA - ¿Se reúne mucho con las demás Damas?
ML – Sí, desde que cayó preso siempre me he estado reuniendo con las demás Damas. Nos reunimos, hablamos, vemos cómo están lo presos, y pedimos su libertad. No hacemos nada malo. Cuando hay actividades importantes siempre voy a la Habana, y las veces que no he podido ir, ha ido a reunirse con las demás una hermana de Arturo. Me gusta estar siempre en contacto con ellas.

MAA – Tienen una muy buena relación
ML – Sí, lo más lindo de esto es que nos hemos conocido. Somos como una gran familia. Nos ayudamos, nos contamos nuestras cosas, y cuando una tiene un problema ese problema lo sufren las demás. Ha surgido una gran familia.

MAA - ¿Qué piensa del apoyo y el reconocimiento internacional de las Damas de Blanco?
ML – Es muy lindo –nos dice entusiasmada-. Esa ayuda nos da fuerzas, todas las cosas que hacen por nosotras. Me pone muy contenta que personas como ustedes se interesen por nosotros, y nos apoyen en esta situación tan dura. Para mí es un orgullo que usted me haya llamado – Moraima debería saber que ellas son el motivo de orgullo para nosotros, porque es muy gratificante prestar apoyo a las personas que más se lo merecen-.
Cuando vaya a ver a Arturo, le diré que me han llamado y que se han interesado por él, eso lo pone muy contento y hace que mantenga el ánimo. El apoyo es muy bueno. ¡Si no nos apoyaran qué sería de nosotras! Significa mucho…

MAA – Usted tiene dos hijas, Ailén y Claudia, que tenía sólo nueve años cuando metieron a su padre en prisión, ¿cómo han vivido ellas toda esta situación?
ML – Esto ha sido muy duro para toda la familia. Sobre todo para Claudia, que ya tiene casi trece años, pero que entonces era más pequeña. Además ella estaba muy unida a su padre, pasaba mucho tiempo con él, hablaban mucho…Cuando a él se lo llevaron ella lo pasó muy mal, preguntaba mucho por él y llevaba a todas partes con ella una foto de su padre. Ahora ya es mayor y ya está más preparada, se ha ido haciendo a la situación, aunque lo sigue pasando mal y es duro porque los viajes cuando vamos a visitarlos son largos, y porque ya son cuatro años. Yo siempre le he hablado de lo que pasó y de lo que hacía su padre, y le digo que su papá es muy bueno y hacía cosas buenas, para que comprenda.
Los niños lo sufren mucho todo esto, una está preparada pero ellos no. Por eso siempre le he hablado, y la llevo conmigo a las visitas porque es el único momento que tiene para seguir viendo a su padre.

MAA – Moraima, ¿cómo está usted de ánimos?
ML – Imagínese. Nosotros llevamos 27 años casados, y ahora me veo sola para todo. Y más aquí, que la vida aquí no es fácil. Cuando empezamos esta lucha me vi de repente sola. No es fácil…Pero me acostumbré a estar por encima de todo y salir adelante. Usted sabe, hay días en los que una está mejor, y otros en los que se hace todo muy duro. Pero bueno, me gusta pensar que para este año ya se acabará todo y estarán libres.
Bueno, ya le he contado mucho de mí –dice con sentido del humor-. Ahora hábleme de usted, ¿cómo está usted? –pregunta sinceramente-.

MAA – (Río. Realmente me descoloca que alguien en esa situación pueda interesarse tan sinceramente por los demás. Es admirable). Bien Moraima, estoy bien, y estaremos todos mejor cuando vosotros podáis vivir bien y vuestros familiares sean liberados. Mejor, sígame contando ¿cómo está la situación en general allí, en Villa Clara, donde usted vive?
ML – No hay nada nuevo. No se ve nada. Todo está igual de controlado. Todo igual, no hay nada –reitera-. Y la gente está esperando algo nuevo para cambiar. Lo que sí hay es cada día más unidad entre las personas, cada vez se unen más grupos para defender los derechos humanos y pedir libertades.

MAA - ¿Cuál es la actitud de sus vecinos hacia usted?
ML – Buena. Ellos cada vez se interesan más por nosotros. Cuando vuelvo de una visita me preguntan cómo está Arturo. En eso ha progresado mucho la gente, porque cada vez son más lo que se interesan por cómo estamos.

MAA – Y de gente de fuera, de viajeros que van Cuba, ¿recibe visitas?
ML – No, no muchos, algunos vienen, porque hay mucha gente que nos apoya, pero aquí a Manicaragua no muchos. Por eso las Damas en la Habana nos hacen llegar cosas que les dejan a ellas allí. Nos llaman a las de las provincias y cuando nos reunimos nos quedamos en sus casas.
Esto es duro pero hay que seguir, hasta lograr lo que queremos todos.

MAA – Moraima, ¿qué mensaje quiere hacer llegar a la gente?
ML – Quiero decirles que agradezco lo mucho que están pendientes de ellos (de los presos políticos). Gracias por todo el apoyo humanitario y los ánimos, hemos sufrido mucho. Se lo agradezco y les deseo que Dios les bendiga a todos. Y ojalá que muchos puedan visitarnos pronto, las puertas de nuestra casa están abiertas.

MAA – Moraima, gracias por haber hablado con nosotros.
ML – Gracias a ustedes. Les esperamos aquí.

La dirección de Moraima León es:
C/ Juan Bruno Zayas nº 113, entre Ramón Pando Ferrer y Jesús Menéndez. Manicaragua. Villa Clara.

Su esposo, Arturo Pérez de Alejo, padece problemas de falta de vitaminas, artritis, úlcera, hemorroides, y problemas en un riñón, entre otras afecciones. Estas son algunas de las medicinas que necesitan:

- Vitaminas: B1, B6 y B12- Glucosamine- Antiácidos- Hemoal
--------------------------------------------------------------------------

entrevista ha sido realizada la tarde del 10 de septiembre de 2007, por la periodista María Ángeles Altozano, responsable de comunicación de la ONG española Solidaridad Española con Cuba. En estos momentos, y después de haber transcurrido un año desde que Fidel Castro delegara el poder en su hermano Raúl, la situación en Cuba parece no haber cambiado. No hay libertades, sigue habiendo muchos presos políticos y la situación económica es penosa. Moraima nos confirma que todo sigue igual, no hay avances y las persecuciones no han cesado.

No hay comentarios: