Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press
LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - Cultura, arquitectura y ciudad deben verse como una entidad indisoluble, según palabras del arquitecto José Choy en una sesión del Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
En esa reunión se puso de manifiesto, una vez más, el deterioro de la arquitectura de la capital y las principales ciudades del país. Todas necesitan renovarse, principalmente en su estructura constructiva, y en muchos aspectos, reconstruirse.
No se trata de salvar los edificios clásicos, sino barrios completos. Se dice que no hay recursos para emprender tan ardua labor. Está claro entonces que se requiere de una gran inversión extranjera, como alguna vez expresó Eusebio Leal, historiador de la ciudad, y conocedor de estos asuntos. La propuesta de Leal no se tuvo en cuenta, aunque en la actualidad se reparan algunos inmuebles, patrimonio de la nación, gracias a algunas donaciones que llegan del exterior, pero no en la medida que se necesita.
La abrumadora necesidad de viviendas de la población, en gran medida provocada por el largo período de parálisis constructiva que vivió el país, ha tenido efectos catastróficos que se expresan en la continua ocupación ilegal de inmuebles abandonados por su condición de inhabitables, y la consiguiente secuela de tragedias, cuando los mismos se derrumban.
Arquitectos e historiadores, además de José Choy y Eusebio Leal, plantean que urge enfrentar las violaciones de las ordenanzas de la ciudad en los procesos inversionistas, y que cese el autoritarismo de las autoridades, que sólo contribuye suprimir la autoridad profesional de arquitectos e ingenieros civiles.
El abandono, en muchos sitios, le imprime a la capital un rostro caricaturesco, contra el que hay que levantarse, y salvar lo que queda del viejo patrimonio de la Ciudad de las columnas, como la llamara Alejo Carpentier.
“Debemos predicar, explicar, pero sobre todo, actuar” –ha dicho Eusebio Leal. Puede agregarse que existe la voluntad ciudadana de actuar. Pero, ¿qué dice el gobierno?
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