En sociedades cerradas como la cubana, la prensa es roja e imparcial.

Después de medio siglo sin prensa libre e imparcial, el régimen comunista y su mas fieles hordas se alistan a oficializar un congreso donde sus protagonistas intelectuales, artistas, escritores, periodistas y la farándula que los acompañan no gozan del mas mínimo respeto por la clase dirigente, nadie de este gremio es confiable y todos de alguna manera o de otra son espiado por la inteligencia cubana. En su mayoría para no ser absoluto están afiliados al partido rojo y, no porque amen la doctrina, sino como panteras amaestradas que ante la aniquilación y la defenestración por parte de la trituradora y demoledora maquinaria de la censura totalitarista, no perdona a quienes les interpele, increpe o cuestionen con la crítica o con una opinión funesta fuera de lugar que disienta o manchen la doctrina marxista-leninista y aboque un agujero dentro de las redes del férreo control absolutista de su monopolio informativo.

Un congreso más de lo mismo al compás de la carroza y a las órdenes de un buró de burócratas delirantes varados en tiempo y espacio a la espera de un milagro reformista con ínfulas de general. Sin arrojar algún espíritu de apertura o libertades tan necesarias para una sociedad carcomida por una prensa manipuladora, extorsionadora y coaccionada por el acoso de ese grupo de momias políticas que no admiten cambios en su populismo gastado.

Una prensa repetidora de declaraciones y consignas demagógicas convertida en el más fiel cómplice de una tiranía impune de tantas atrocidades y horrores políticos que mantienen sometidos a un país en el caos y la miseria.

Una prensa que omite y obvia los cerca de veinte periodistas independientes condenados y confinados hace mas de cinco largas y tortuosas primaveras en las mas de trescientas penitenciarias que existen en la cuba de hoy y el gobierno en falaz contubernio con la prensa bolchevique no asumen con la valentía y la moral la existencia de estos, solo y en casos esporádicos con fines de descréditos y injurias despectivas se pronuncian pintándolos de mercenarios e ilustres colaboradores de una potencia extranjera, ante el pánico tenebroso de que algún valiente periodista o intelectual corrobore lo contrario y saque a la luz esta ventana como prueba fidedigna de esta arbitraria injusticia y ponga en ridículo a un sistema autoritario que jamás permitiría una prensa libre con el derecho a criticar o opinar los ultrajes y violaciones del sistema imperante, dando paso a que la SIP acuse y condene a la nación cubano como fragrante violadora al derecho a una prensa libre, con estos parajes antidemocráticos que nos depara el fanfarreado congreso.
Firmado.

Silvio Benítez Márquez.
Vicepresidente del PLNC.