lunes, 19 de enero de 2009

Temblores e insomnios

Jorge Olivera Castillo. Sindical Press

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - China se estremece por culpa de las ondas expansivas de la recesión. Puede que con estos temblores el valor del yuan termine en el piso, al mismo nivel que miles de empresarios y obreros acosados por las quiebras y el desempleo.

Cerca de 700 mil empresas medianas y pequeñas han cerrado sus puertas. ¿Se descarrilará una de principales locomotoras económicas del mundo? Cualquier cosa es posible en este escenario poco propicio para una estabilidad duradera.

No hay blindaje que resista la magnitud de las sacudidas. Las grietas se multiplican y los derrumbes totales y parciales amenazan con dejar en ruinas las economías de decenas de naciones alrededor del mundo. Los pronósticos apuntan a una paulatina agudización de las dificultades. Los que se atreven a ofrecer valoraciones optimistas lo hacen en un lenguaje marcado por la densidad teórica y las digresiones.

Los analistas alertan y repiten que lo peor está por llegar. En su lenguaje no hay rosas, lo más visible son las espinas junto a un rosario de consejos que recuerdan las advertencias previas a un desastre de gran magnitud.

Ibrahim, antiguo oficial del ejército cubano, dice que cuando Estados Unidos estornuda, automáticamente el mundo se enferma de gripe. Siguiendo las pautas de la ilustración, es válido pensar que cuando se decrete que el paciente tiene fiebre alta, cefalea y abundantes secreciones, entonces millones de personas alrededor del universo estarán muertas o en condiciones extremas de supervivencia.

Un colapso de Wall Street sería la tierna versión de un estallido nuclear. Por eso la urgencia de los planes de rescate financiero, la colaboración multilateral por encima de las divergencias ideológicas, y cuanto haya que hacer para detener la extensión y durabilidad de una terremoto económico con serias posibilidades de aumentar sus grados Richter.

La aldea global peligra como nunca antes. Una secuencia de fallos, marcados por la demora en los paliativos nacionales o en las resistencias ante la necesidad de un estrechamiento de la cooperación intergubernamental, podría convertirse en el detonante de una debacle de proporciones incalculables.

Entre las tensiones, Hugo Chávez encuentra, y hasta le sobra el tiempo para continuar con la fanfarria y las apariencias de estar a salvo de los zarandeos de la crisis. Asegura que su gobierno tiene todo previsto para soportar las peores consecuencias.

Por debajo de sus prédicas bulle una realidad amarga. El barril de petróleo se cotiza actualmente a poco más de 40 dólares. Un costo muy distante al que tuvo hasta hace pocos meses, cuando sobrepasó la barrera de los 140 dólares.

Su narcisismo irá desinflándose en un contexto donde las mayores afectaciones recaerán en los países de la periferia. La merma del valor de las materias primas en el mercado internacional y la contracción del ritmo de las importaciones de los países más desarrollados, son dos elementos que consolidan las argumentaciones en relación, bien a un frenazo, o a una total desarticulación de la llamada revolución bolivariana con sus afanes de proyectarse más allá de las fronteras de Venezuela.

En Cuba ya anunciaron las desgracias en ciernes y las que continuarán apareciendo en el transcurso de los próximos años. ¿Volverán los apagones como resultado de los probables recortes del petróleo venezolano, 90 mil barriles diarios?

¿Habrá margen para que China siga al pie de la letra los acuerdos económicos firmados con Cuba, el pasado año, a pesar de los augurios de una profundización de las tensiones financieras a escala global?

Enterarse que en China más de 10 millones de trabajadores inmigrantes del campo a las ciudades están sin trabajo, es como tener delante una la luz roja intermitente anunciando el preludio de una catástrofe.

De sobrevenir otro ciclo de pronunciadas mutilaciones económicas, temo que la sociedad estalle. Los cubanos volverán al mar con furor. Sin mirar atrás. Otra vez el éxodo masivo, tal vez el último.

oliverajorge75@yahoo.com

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