Oscar Mario González
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - La Avenida 31 es una prolongación de calle Línea luego de atravesar el túnel bajo el río Almendares. Este paso subterráneo sustituyó al antiguo puente de hierro, acentuándose así la importancia de la vía.
Nuestra capital cuenta con importantes calzadas y avenidas; pero ninguna supera en belleza y originalidad a la Avenida 31 a lo largo de sus más de cinco kilómetros, desde el delta del Almendares hasta la calle 114 de Marianao. En ella se distinguen 2 tramos bien diferenciados, entre si definidos por la esquina de Las Cuatro Curvas.
Tan importante obra no pudo sustraerse a la influencia política y fue así que se intentó identificarla con el nombre de Mayor General Fulgencio Batista en tiempos de la dictadura anterior, nombrecito este que nunca pegó en el habla popular, pero que los cachanchanes y aduladores del poder se empeñaron en difundir.
A unos doscientos metros a partir de su nacimiento en la boca del túnel, y a la altura de la calle 12, se inicia una larga alameda que va ensanchándose hasta lograr su mayor anchura en la calle 30. Es aquí donde el sitio adquiere su mayor atracción. Un pasillo central y dos hileras de asientos laterales sobre aceras opuestas definen sendos jardines abundantes en almendros, flamboyanes y laureles, así como algunos abetos y jagüeyes. Todo ello coronado por una glorieta o cenador de forma circular en cuyo centro emerge una fuente de la cual nunca he visto brotar agua durante este último medio siglo.
Medio kilómetro hacia abajo llegamos a uno de los sitios más emblemáticos de la urbe conocido como el Crucero de la Playa, en la intersección de las vías 31 y 44. Allí se cruzaban los tranvías que iban y venían de las playas del oeste, de Marianao, Vedado, La Ceiba y otros. El lugar era famoso por muchos motivos, pero sobre todo por razones económicas debido al activo comercio minorista que allí tenía efecto. Dicen que en el sitio se vendía la mejor cremita de leche en la época de los tranvías y posteriormente, durante el reinado de las guaguas, el mejor pan.
El segmento que va desde el Crucero de la Playa hasta la calle 60 culmina en un puente o mirador desde donde se divisa toda la parte residencial que bordea la costa, cuyo punto más relevante lo constituye el edificio de la embajada de la ex Unión Soviética y que a algunos se les semeja a una torre de control, y a otros una gigantesca raspadura de azúcar.
En este tramo la avenida adquiere su mayor amplitud llegando a tener 10 sendas: seis principales y cuatro accesorias comunicadas por escalerillas colgadizas que le imprimen un aire de elegancia y originalidad.
Pero antes de que nuestro ancho camino de asfalto termine su primer recorrido habrá pasado por el reparto Orfila, donde aún se conservan, en las paredes de la vivienda asaltada, algunas perforaciones que hacen evocar los sucesos de aquel l5 de setiembre de l947. Entonces, grupos violentos promotores del terror y el gangsterismo se enfrentaban en cruenta lucha, en nombre de la justicia y la revolución de la cual cada uno se consideraba el más digno representante. Siempre sucede lo mismo: cuando los revolucionarios no logran implantar el pleno poder y gozar de sus beneficios, continúan ejerciendo la violencia en nombre de esa misma revolución por la cual una vez entregaron sus mejores sueños y esfuerzos.
lunes, 24 de noviembre de 2008
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