martes, 15 de enero de 2008

LA VILLA MISERIA DEL SIGLO XXI; PUNTA BRAVA

2008-01-15.
Silvio Benítez Márquez, Vicepresidente del Partido Liberal Nacional Cubano.

Cuando apenas faltaban varios minutos para la llegada de un nuevo año, mi mirada se arropaba entre recuerdos y nostalgia de ver como medio siglo era capaz de borrar e incinerar la historia y vida de un pueblito nombrado Punta Brava, toda una reliquia del pasado, villa miseria del presente, donde es huésped ilustre la podredumbre y lo putrefacto.

Un poblado que ahora agoniza entre el lodo mal oliente de sus aguas estancadas y sus deprimentes y hediondos huecos, un paraje que se destruye y es cada día más maltrecho y calamitoso.

La pobreza es consigna y bandera imprescindible de los comunistas, por eso la nación cubana se ha cubierto de un enjambre de marginados, y nuestra comunidad no escapa de este asecho, que es tangible desde los albores del día. Así de difícil es la putrefacta y degradada vida de estos enajenados lugareños, que hoy en día deambulan en las calles maltrechas de Punta Brava.

Una localidad con habitantes que se sumergen más en el alcohol como deporte nacional, carente de actividades culturales, recreativas y deportivas, que satisfagan las iniciativas y el desarrollo de jóvenes talentos, los que se malgastan pasando sus mejores años de juventud enfrascados en crianzas de cerdos, juegos por pagas, drogas o en la viciada circunferencia de alcoholismo, que de facto los haga olvidar de aquella pesadilla en que viven.

Quedando como plato predilecto, tomar el camino de la libertad, el que últimamente ha sido refugio de primerísimas figuras del arte, como la del fenomenal locutor Carlos Otero, que ha marcado la pauta, avivando a vítores y pueblo en general a traspasar el mar de levas del Estrecho de la Florida, antes de seguir siendo víctimas del ejército de delatores que les impiden, interfieren, hostigan y abordan sus sueños de empezar una nueva vida en otra tierra, haciendo dejación de sus ínfimas propiedades y sus seres más allegados.

Un panorama desolador, de apatía, y sin futuro. Así ha dado la bienvenida este nuevo año 2008 a los puntabravenses, carcomidos por la retórica populista de personajillos hazmerreír, que funcionan a la perfección como los que son, hordas vociferantes, cómplices de todo este desastre que bajo las ordenes de un continuista del castrismo, que está apremiado de tiempo pero incapaz de dar los pasos para dar solución a los males que aquejan a todo un pueblo, y de los que Punta Brava solo es un ejemplo.

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