lunes, 7 de julio de 2008

“Apartheid en los Servicios Médicos Cubanos”

Por Dr. Darsi Ferrer, dir. Centro de Salud y Derechos Humanos ¨Juan Bruno Zayas¨.
La Habana, 27 de junio de 2008.

Adolfo tiene un tumor en la próstata que ya hizo metástasis en otros órganos y lo está matando, pero eso es sólo una parte de su problema. El doctor que sigue su caso le indicó Trofín para paliar la anemia severa que presenta. “Es un medicamento cubano, con propiedades antianémica y reconstituyente”, le comentó en la consulta.

Lo que ignoraba el enfermo es que esa medicina sólo la venden en las farmacias de
servicios exclusivos para extranjeros, no existe en los dispensarios destinados a los
nacionales.

Otros medicamentos de producción nacional también están vedados a la población, como es el caso de la Melagenina, que se utiliza para combatir el Vitiligo, el Factor de
Crecimiento, el Interferón, por solo mencionar algunos.

El Gobierno justifica la segregación alegando la necesidad de captar divisas convertibles. Con ese fin implementó en el país un sistema de salud diferenciado, que cuenta con servicios de excelencia, en instituciones como el Hospital Cira García, Las Praderas, el Centro Internacional de Retinosis Pigmentaria, el Centro de Restauración Neurológica, entre otros.

Muchos extranjeros vienen a la Isla atraídos por la modalidad del turismo de salud.
Disfrutan del clima y de la naturaleza, además reciben atención médica de muy buena
calidad en instituciones impecables, con profesionales bien capacitados, donde disponen de todos los recursos y tecnología de punta.

Los convenios firmados con varios países, que se enmarcan en la Operación Milagros,
posibilitan que otros miles de foráneos se curen o alivien sus dolencias gracias a la
medicina cubana.

Más de mil millones de dólares ingresan al país anualmente por la exportación de
profesionales, equipos y recursos médicos. Actualmente unos 25 mil galenos laboran en
países de África y Latinoamérica, en las llamadas misiones internacionalistas.

Los privilegios en la Salud alcanzan para favorecer a las instituciones destinadas a la atención de los miembros de la cúpula del poder y de los militares de alto rango. Tal es el caso de la Clínica Koly, el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgircas (CIMEQ), el Hospital Almeijeiras y otros.

Mientras, la propaganda oficialista se empeña en enseñarle al pueblo lo humillante que fue el régimen racista de Pretoria en Sudáfrica. En mantener vivo el recuerdo de los carteles de “sólo para blancos” que decoraron la realidad de los EEUU hasta la década de los 60´. Y, por supuesto, en la pretensión de que se entiendan las “ventajas” de la justicia social y de la igualdad de derechos que garantiza el sistema marxista leninista.

En días recientes se eliminaron las prohibiciones que impedían a los cubanos alojarse en los hoteles, alquilar autos, comprar celulares y equipos electrodomésticos.

Hasta ahora, para Adolfo y los enfermos en situación similar, las opciones médicas se
limitan a sufrir las consecuencias del deterioro paulatino en la red de hospitales y
policlínicas ruinosas de los cubanos de a pie, con graves carencias de profesionales,
insuficiencias en los servicios básicos y las farmacias desabastecidas.

Quizás por eso cuando su señora averiguó que el frasco de 235 ml de Trofín cuesta 8
dólares y que sólo se lo venden a los extranjeros no pudo contenerse y exclamó: “mi
esposo se me va a morir sin el medicamento”.

No hay comentarios: