viernes, 19 de septiembre de 2008

Chao chao, Hassan

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Sumidos en la tragedia provocada por los huracanes Gustavo e Ike, los observadores políticos pasaron por alto la destitución de uno de los jóvenes más agresivos de la última hornada comunista: Hassan Pérez Casabona.

La sustitución ocurrió dentro del marco de una reunión extraordinaria del Buro Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), presidida por José Machado Ventura, Primer Vicepresidente del Consejo de Estado, y Abelardo Gil, miembro del Secretariado del Comité Central del PCC.

Aunque el Buró Nacional reconoció la labor desarrollada por Hassan durante su trayectoria política juvenil al frente de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), la propuesta de iniciar su “proceso de vinculación laboral, como profesor de una institución universitaria del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias”, huele a queso.

Esa alusión al futuro del otrora líder juvenil, indica que no hará carrera en el
aparato burocrático del gobierno o el Partido Comunista y que, además, será controlado por la contrainteligencia militar (CIM). Hablando sobre el tema, un publicista cubano definió el caso como “enviado a un batallón disciplinario”.

Adalid de los “talibanes”, lista donde se encuentran el canciller Felipe Pérez y Carlos Valenciaga, Hassan se caracterizó por poseer una oratoria de barricada, agresiva, guevarista, y una imagen paramilitar que espantaba a sus correligionarios. Se pelaba al rape, usaba botas altas de cordones y pantalón de camuflaje.

Sin embargo, estas características gustaron al dictador, quien lo lanzó al estrellato político. Primero al frente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), a la que fue electo con un masivo fraude, cuando cursaba el tercer año de Licenciatura en Historia, y luego como Segundo Secretario de la UJC.

El discurso intolerante de Hassan Pérez lo rechazan por igual los jóvenes de su generación y la burocracia comunista. Esta última lo ve como un peligro para sus intereses. En su escenario natural fue abucheado en más de una ocasión públicamente, por otros miembros de la organización juvenil.

En su momento de gloria, Hassan fue ascendido a diputado al Parlamento Nacional y representó al gobierno cubano en reuniones internacionales de alto nivel. Su meteórica carrera tuvo el punto de retorno durante el V congreso de la UJC a finales del 2005, cuando no fue elegido como Primer Secretario. El mismo Castro pareció sorprendido en ese momento. A partir de ahí, el descenso se hizo visible con su desaparición de los medios de comunicación y las cada vez menos referencia a su persona.

Una miembro del Buro Nacional de la UJC hizo público antes del Quinto Congreso, que en las altas esferas del Partido Comunista, a Hassan se le consideraba inmaduro e irreflexivo. Por esas razones no extraña su democión, sino en el momento en que ocurre.

Los talibanes cubanos no son del agrado de la corporación partidaria. Su apoyo lo encontraban en la figura del Comandante. Su escenario político es la Batalla de Ideas. Luego del verano de 2006 y la salida del poder del ex presidente, el primero en caer fue Otto Rivero Torres, ex Vicepresidente del Consejo de Estado.

aleagapesant@yahoo.es

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