Silvio Benítez Márquez.
Vice-Presidente Del Partido Liberal Nacional Cubano 16-09-08.
Un escenario desolador y bien complejo es la tónica en que se encuentra el archipiélago cubano después del paso de dos mortíferos huracanes por la isla, situación adversa que se agrava con la depauperación existente y el colapso de una economía en escombros que depara el infortunio y el desosiego de sus víctimas, súmale a ello el influjo ideológico y el martilleo constante de los dogmas oficiales que nos acompaña por décadas sin albergar vestigios de esperanza que satisfagan o solucionen la problemática nacional.
Estremecida por la hecatombe de este destructor fenómeno y que pone de relieve el dolor y el sufrimiento punzante de miles de familias damnificadas, circunstancia desesperante que alarma y urge de todo el apoyo solidario de intramuros y extramuros, momento que reviste deponer y echar a un lado las ambivalencias, las predicas taladreadas, apologías y de designios baratos, es momento y hora de estrechar puentes y de respuestas plausibles, quienes esperan de este gesto humano es el pueblo de Cuba
Sería lamentable que el gobierno que encabeza el General presidente se supedite por la posición de antaño y mantenga como respuesta la ira y la soberbia dada por su intransigencia obcecada, ante el ofrecimiento que promueve EEUU y la Unión Europea.
Dar la espalda o tomar decisiones erradas es olvidarse de quiénes somos y a quien nos debemos, la magnitud de esta tragedia, no se aminora con ayudas condicionadas o colectivas, sino con la suma de todas.
Tapar con un dedo el sol es de ingenuos, millares de cubanos acantonados ante la Virgen de la Caridad del Cobre invocan y rezan por que la flexibilidad venza la tozudez y que un milagro misericordioso conmueva esos corazones duros e intransigentes para que transijan y cooperen con esa ayuda solidaria e humana que tanto necesita ese pueblo de Cuba azuzado por tanta pobreza y calamidad.
Incertidumbre y desconcierto abraza y emancipa a estos desvalidos, a la espera de una aviesa respuesta, monologo del cual conocemos todos, la fe y la esperanza es lo ultimo que se pierde, para muchos todo esta perdido, para otros el gobierno no ha dictado la ultima palabra, si hay algo que remarcar en todo esto es el tétrico y desgarrador escenario , bajo circunstancias escabrosas y maltrechas por la que pasan cuantiosas familias cubanas al intemperie, sin hogar, sin nada que echar a la boca, sin luz eléctrica, sin agua potable y lo mas dramático es el oráculo de la desesperanza y el desconsuelo que los acongoja, por el camino que le falta recorrer bajo la infaustas promesas de un magnánimo que no rezarse, ni consuela este caldeado y lacerante prolegómeno.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
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