Por Jaime Leygonier.
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El domingo 31 de agosto, a las 10.40 de la noche, una piedra hizo estallar la luceta de encima de la puerta de mi hogar, desconcho la pared de la sala, donde al impactar se fragmento en cuatro pedazos, y salpico de polvo y astillas de vidrio a mi padre – de 81 años de edad - que dormitaba en un sillón. Los fragmentos de la piedra pesan 10 onzas.
Ocurrió en Zapotes 113, en el habanero barrio de Santos Suárez, durante el corte del servicio eléctrico que .mantiene el Estado desde horas antes del paso del ciclón Gustav por la provincia vecina.
Cuando salí a indagar, una vecina me dijo que desde su portal no había visto a nadie y… “que suerte tienen que la única casa de la cuadra a la que le lanzan piedras es la de ustedes.”
Pero esa “suerte” hace sospechar en trampas en el juego porque le toca a todos los opositores pacíficos del país, justo con la “suerte” de que acosen a sus niños en las escuelas y les ocurran otras casualidades.peligrosas además de los apedreos.
Los actos de agresión irracionales son pan cotidiano en Cuba y van en crescendo precisamente con la falta de pan, con la necesidad de comprarlo con una moneda extranjera ajena a la que el Estado imprime para salarios simbólicos y la condición de marginales a que esta explotación – apartheid - condena a los cubanos.
Pero la Seguridad del Estado emplea esos métodos contra los opositores, y los delincuentes que sirven a la policía saben que pueden agredir a los opositores impunemente y hasta con beneplácito de las autoridades.
El agente de la Seguridad del Estado “Aníbal”- que también se hace llamar “Aramis” y es presidente del Comité de Defensa de la Revolución, vecino de Zapotes 163, interior, en dos asambleas de barrio del poder Popular señaló al publico los nombres y direcciones de los “elementos contrarrevolucionarios de los derechos humanos” del vecindario “a quienes hay que vigilar”: Refiriéndose al Dr. Darsi Ferrer, al periodista independiente Carlos Ríos Otero y a quien esto escribe.
Su propaganda aumentó mi trabajo, porque atrajo a mi puerta a personas ansiosas de quejarse de los abusos que sufren, como el desalojo de sus hogares. Pero no creo que esa fuera la intención de “Aníbal-Aramis” al incitar contra los “contrarrevolucionarios”.
Casualidad: Los vándalos apedrean cualquier casa. Los asaltantes golpean el cráneo con un tubo de hierro a cualquier transeúnte para robarle ropa y zapatos : como casi me ocurrió a unas cuadras de mi casa el 16 de abril del 2007..
En ambos casos telefonee a la policía y no vino, pero ello no es casual, sino la norma en Cuba.
¿Tenemos que preguntarnos que es casual “de verdad” o que es ordenado por los amos de Cuba?..Un detalle niega a la policía política ese beneficio de la duda. Su vigilancia constante sobre nuestros hogares.
La Habana, 1 de septiembre, 2008
domingo, 7 de septiembre de 2008
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