AFP/ La Habana. Un total de 800.000 personas se ponían este domingo a resguardo en la Isla, cuya población aseguraba viviendas, se abastecía de alimentos y protegía cosechas, ante la inminente llegada del potente huracán Ike al oriente en horas de la noche.
"Están evacuando muchas personas desde ayer sábado. Está comenzando a soplar el viento, dicen que esta noche es que se pone esto malo", dijo a la AFP vía telefónica Elisa Gómez, una ingeniera de 39 años que vive en la nororiental provincia de Holguín.
Once de las 14 provincias de Cuba están en "alarma ciclónica": Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Holguín, Las Tunas y Camagüey, en el oriente; las centrales Ciego de Ávila, Villa Clara, Sancti Spíritus y Cienfuegos, y la occidental Matanzas; en tanto que La Habana y Ciudad de La Habana están en "alerta".
"Es un peligro para todo el país", advirtió el meteorólogo José Rubiera, que alertó de las fuertes rachas de viento, inundaciones costeras, marejadas y olas de hasta tres metros.
Unas 225.000 personas eran evacuadas en Camagüey, 150.000 en Santiago de Cuba, 120.000 en Matanzas, 108.000 en Holguín, 92.000 en Villa Clara, 44.000 en Cienfuegos, unos 60.000 en Guantánamo y 34.000 en Las Tunas, según reportes oficiales.
"Esto está horrible, las olas pasan por encima de edificios de cinco plantas, ya hay destrucción en casas", dijo a la AFP por teléfono un habitante de Baracoa, en Guantánamo.
El secretario del Partido Comunista y presidente del Consejo de Defensa Municipal de Baracoa informó al Noticiero Nacional de Televisión que la situación actual de ese municipio es compleja y peligrosa, con ráfagas de viento que fluctúan entre los 140 y 160 kilómetros por hora y vientos sostenidos e 70 kph. A partir de las 11:00 a.m. todo el municipio quedó sin energía eléctrica por las caídas de las líneas bajo la presión de los vientos, agregó el funcionario.
El huracán Ike fue degradado a categoría tres a su paso por el Caribe este domingo, pero seguía siendo una seria amenaza para Cuba y Estados Unidos, informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC) estadounidense.
Con vientos que disminuyeron levemente a 195 km por hora, la tormenta va camino hacia el este de Cuba la noche de este domingo, como un poderoso huracán categoría tres, en la escala de Saffir-Simpson (de cinco). Todavía como huracán categoría 4, Ike acosó a las islas del sureste de Bahamas.
Ligeramente debilitada, el ojo de la tormenta se ubicaba a las 21H00 GMT a 120 kilómetros al nordeste de la bahía de Guantánamo, con vientos sostenidos de 195 km/h, contra 215 km/h en la mañana.
"En el pueblo hay mucho movimiento, la gente está trasladando sus cositas hacia lugares seguros", afirmó Redy Sánchez, quien vive en Minas, municipio ubicado al norte de Camagüey.
Más de 13.000 turistas, casi 10.000 de ellos extranjeros, que veraneaban en el balneario de Varadero fueron llevados a sitios seguros, según reportes oficiales.
La Defensa Civil (DC) ordenó tomar las medidas de protección para "un huracán de gran intensidad", "priorizar la protección de las personas en edificaciones seguras" y "proteger los recursos económicos".
"Cuando todas esas medidas se toman, podemos tener la desgracia de que (…) el viento nos tumbe una casa, pero por lo menos no tenemos pérdidas de vidas", dijo el vicepresidente Esteban Lazo, durante un recorrido por Matanzas.
La Habana también está amenazada. Existen unos 1.000 edificios en estado crítico, con unas 8.000 viviendas que alojan a cerca de 26.000 personas, muchos de ellos en el Centro Histórico.
Largas filas se formaban en las tiendas de La Habana y la más moderna estaba abarrotada, pues la gente compraba linternas y otras provisiones a la espera de varios días difíciles.
"Si no ocurre un milagro, este viene para La Habana. Uno tras otro… ¿qué cosa es esto? Ya encendí velitas a la Virgen de la Caridad del Cobre", dijo a la AFP Reina Ávila, una costurera de 63 años, vecina del barrio de Miramar.
En todo el país hay una febril actividad de aseguramiento de los edificios y casas de vivienda, mientras se movilizan equipos médicos y alimentos, y se abastece de combustible para transporte y generadores eléctricos. Decenas de miles de estudiantes fueron evacuados de sus centros docentes en el campo.
El sistema de protección civil realiza rápidamente evacuaciones preventivas masivas, que en 2005 con el destructor huracán Dennis —que dejó 16 muertos— dejó a 1,5 millones de albergados।
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