jueves, 11 de septiembre de 2008

Los tres huracanes y las mentiras del gobierno

Juan Carlos Reyes Ocaña – Holguín Press

11 de septiembre de 2008

Holguín, Cuba – www.PayoLibre.com – Los ciudadanos holguineros quedamos atónitos tras el impacto del huracán Ike en esta provincia oriental. La gran mayoría no estábamos preparados para este tipo de catástrofe, pues nos faltaban recursos como clavos, madera, martillos y otros útiles necesarios para preservar viviendas y artículos domésticos, situación que facilitó la destrucción parcial o total de casas y otros inmuebles tras el paso del fenómeno climatológico.

La situación se hace más grave producto a la escasez de víveres y la despreocupación del gobierno a la hora de enfrentar desastres como este.

El discurso triunfalista que transmiten funcionarios y periodistas del régimen por las emisoras nacionales y locales dan la sensación de que todo está resuelto y la calma reina entre la población, cuando verdaderamente las personas están desesperadas por las pérdidas de sus pertenencias.

Además, los alimentos que venden en las redes astronómicas son efímeros y a su precio normal. En la ciudad de Holguín sólo un establecimiento está ofertando pan y por divisa. Existe escasez de agua potable, no hay fluido eléctrico en algunas zonas y por lo tanto no se pueden elaborar alimentos, todo gracias a la revolución energética.

En varias localidades no ha hecho acto de presencia ninguna autoridad gubernamental, e incluso, ni en casas particulares donde hubo decenas de evacuados.

Realmente el panorama que hoy presenta la provincia de Holguín, y casi todo el archipiélago cubano, es desolador. A esto se suma la negativa del régimen de La Habana a permitir la entrada a Cuba de expertos norteamericanos para evaluar los daños y así canalizar la ayuda directa a los damnificados, quedando demostrado una vez más la poca importancia que da el gobierno a sus ciudadanos. Por supuesto, que esa nomenclatura no carece de nada.

Al final, quedan los rostros tristes y la desesperación de aquellos que no son dirigentes de empresas estatales -para poder resolver (substraer) materiales de la construcción para reparar sus destruidas viviendas-, los que no poseen CUC, los cubanos de a pie, los humildes que tendrán que seguir escuchando mentiras y promesas, y por último, internarse en un albergue o la casa de un familiar a esperar un milagro de Dios o la muerte súbita de lucifer.

Lo que sí es real, es que gran parte de la isla ha sido devastada por tres huracanes: dos de reciente paso, el Gustav y el Ike, y un tercero de categoría 50, que lleva azotando esa misma cantidad de años a este pobre país.

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