jueves, 15 de mayo de 2008

CONDENADO A DOS AÑOS DE PRISIÓN ¡POR TATUARSE!

2008-05-14.
Jaime Leygonier, Periodista Independiente
www.miscelaneasdecuba.net

La Habana, 12 de mayo, 2008.- En juicio sumario y secreto el tribunal del pueblo habanero de Artemisa condenó el 8 de mayo a dos años de prisión al activista por los derechos humanos Mikel Bencomo Rojas, de 26 años de edad, vecino de calle 2, entre 1 y 2, Las Cañas, Artemisa. Según informa el también activista Héctor Cruz Hernández.
Esta condena por supuesto desacato y resistencia al policía que lo provocó a pelear, culmina un acoso de 7 meses por agentes de la Seguridad del Estado y policías del pueblo a causa de que Bencomo Rojas se hizo tatuar en la espalda un letrero que reza: "¡Abajo Fidel!.”

Desde entonces, las autoridades lo sometieron a frecuentes arrestos, amenazas de condenas a prisión, citaciones para el cuartel, expulsión de la escuela de adultos en que cursaba 12 grado y aterraban con visitas y amenazas a la madre y a la hermana de Bencomo.

Lo arrestaron al mediodía del miércoles, lo condenaron en la mañana del jueves 8 en juicio a puertas cerradas -que solamente permitieron presenciar a la madre y la hermana de Bencomo– y sin abogado defensor, ¡ni designado de oficio!, ni testigos de descargo, y lo condujeron al penal de Melena, donde comenzó su condena antes de las 24 horas de su arresto.

El opositor pacífico que informa desde Artemisa, Hector Cruz Hernández, declara: “Mikel Bencomo cayó en la trampa que le tendieron, por inexperiencia sobre los métodos de estos represores. Desde que se tatuó lo acosaron y a su madre y hermana. El principal encargado de acosarlo fue el oficial Luis Vitali, jefe de sector de la Policía Nacional Revolucionaria, del vecindario de Bencomo, el poblado de Las Cañas.

El 7 de mayo Vitali habló con la hermana de Bencomo para que trasmitiera a este una citación verbal. El mismo día, a mediodía, Bencomo fue ante el cuartelillo y dijo al oficial Vitali que dejara en paz a su hermana y a su madre, que no les faltara más el respeto.

El oficial lo instó a entrar y en el interior, ante varios policías, lo provocó hasta que llegaron a las manos. A Bencomo lo condujeron esposado ante todo el pueblo en una camioneta de transporte de pasajeros y lo mantuvieron incomunicado en un calabozo de la unidad policial de Artemisa hasta que lo enjuiciaron a la mañana siguiente.

En arresto anterior, siempre por causa del tatuaje, el oficial Luis Vitali le prometió a Bencomo: "Te voy a meter preso, te voy a desaparecer.” A mi también me citó la policía para el 9 de mayo y me levantaron un “acta de advertencia” por “andar con elementos antisociales” y el sábado 10 cazaron a las 6 de a tarde en sus hogares a los activistas Fidel Mojena y Raúl Rivero. Los metieron en el calabozo y los soltaron al otro día, domingo Día de las Madres, a la 1 y pico de la tarde, todo por el “delito” de que pensaron asistir ese día a la iglesia de Santa Rita para entregarle una postal a las Damas de blanco.”

La resistencia a un policía es objeto de condenas severas en juicios sin garantías en que según opinión pública es imposible que nieguen la razón al policía. Aplican los delitos de “desacato a la autoridad”, “resistencia” o “atentado”. El Código Penal cubano también considera desacato criticar o expresarse en forma insultante sobre “dirigentes de la Revolución” -especialmente del Comandante en Jefe.

Según informan perjudicados, es práctica frecuente de los policías en la vía pública o –preferentemente– dentro de sus cuarteles agredir o provocar a pelear a quienes arrestan o se quejan de ellos y luego acusarlos o amenazarlos con acusarlos como si estos agredidos fueran los agresores.

Otras personas con “tatuajes subversivos” refieren que son arrestados frecuentemente o secuestrados por policías o desconocidos de civil que incluso les producen quemaduras para borrarles los tatuajes. Tales son los casos de Pedro Calderin Mirabal, en la ciudad de Cárdenas, y de Yuri Martínez Sánchez, en La Habana.

Tras arresto anterior el 30 de abril, Mikel Bencomo Rojas me informó: “¿Por qué me hice el tatuaje? La policía arrestó a un amigo porque alquilaba películas para video. Me acerqué a él, que lo tenían ante la Unidad policial de Artemisa,” ¿Que te pasó?”. Miré dentro de la caja de las películas y de pronto tres policías de civil, sin decir palabra, me golpearon contra el muro y uno me estrangulaba. Me quejé y me amenazaron con acusarme por “desacato y resistencia”. Me hicieron un gran hematoma. Nunca me hice ningún tatuaje. Al día siguiente me hice tatuar “¡Abajo Fidel!”porque fue un desahogo; la única cosa que se me ocurrió para quitarme el nudo de la garganta que me ahogaba.”

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