domingo, 11 de mayo de 2008

Los celulares de Raúl Castro

Huber Matos Araluce, San José, Costa Rica

Desde el pasado 14 de abril pueden los cubanos, por primera vez, comprar una "línea" para un teléfono celular. Antes, los pocos ciudadanos que podían pagarla tenían que hacerlo por medio de un extranjero, ya que en Cuba los únicos autorizados a tener celulares eran los extranjeros y los altos funcionarios del régimen. Ahora la subscripción es tan cara que la mayoría de los cubanos no podrá adquirirla. Sin incluir el teléfono ni la tarjeta de prepago, una "línea" cuesta $120 dólares, que es más que el salario acumulado en seis meses de un empleado público promedio. ETECSA, la empresa de teléfonos de Cuba (27% capital de Telecom de Italia), dice que han invertido $100 millones de dólares desde el 2004 para un crecimiento de 300,000 clientes. Solo en el mes de diciembre del 2007 en Costa Rica se vendieron 340,000 subscripciones celulares GMS. Cuba tiene el más bajo porcentaje de celulares en Latinoamérica.

Para poner el asunto en perspectiva, en Haití, el país más pobre del continente, hay una población de aproximadamente nueve millones de habitantes, en Cuba más de once millones. En el 2005 Cuba tenía 134,500 líneas celulares, en ese año en Haití ya había 400,000 celulares. Ahora en el 2008, Cuba tiene las 400,000 líneas celulares que tenía Haití en el 2005, pero en Haití ya hay más de dos millones quinientos mil teléfonos celulares activos. Un reciente estudio de la ONU encontró que en las trece ciudades más pobladas de Haití cuatro de cada cinco hogares cuenta por lo menos, con un teléfono celular. Mientras la empresa cubano-italiana dice que espera tener 1,400,000 líneas celulares más en los próximos cinco años, en Haití, Digicel vendió 1,400,000 subscripciones celulares en solo un año, de mayo del 2006 a mayo del 2007. Digicel activa una línea celular en Haití sin costo, en la Cuba castrista es de $120. ¿Por qué? Pero no nos limitemos solo a Haití. En República Dominicana en el 2007 había 5,513,000 líneas celulares en una nación donde hay poco más de nueve millones de habitantes. En la República de El Salvador, con siete millones de habitantes, hay más de seis millones de subscripciones de celulares.

Según Jean-Marie Raymond Noel, quien supervisó el estudio de la ONU en Haití: "los celulares hacen sentir a la gente pobre y marginada que son parte de la sociedad". Además, el celular se ha transformado en un multiplicador de productividad. Hay en el mundo 3,300 millones de subscripciones de teléfonos celulares, el 68% de ellos en los países en vías de desarrollo. Según Sara Corbett del New York Times, humildes pescadores de las costas de la India usan sus celulares para vender su producto antes de llegar al puerto, logrando así un mejor precio. En África, antes de hacer viaje, una madre puede asegurarse de que un médico distante esté disponible para ver a su hijo. En Kenia el novedoso programa de transferencia de dinero de Vodafone iniciado en febrero del 2007, logró 1.6 millones de suscriptores celulares en un año. Un estudio del London Business School concluyó que por cada 10 teléfonos celulares adicionales por cada 100 personas, el producto interno bruto de un país crecería un 0.5%.

Podría suponerse que la tecnología celular beneficiaría la deteriorada economía cubana. Pero en Cuba cualquier cosa que la dictadura perciba como peligro a su monopolio del poder es prohibida, aunque implique atraso en lugar de progreso. Por esta razón los celulares han sido el privilegio de extranjeros y altos funcionarios. El alto costo de las subscripciones y la baja proyección de crecimiento de la red celular es un freno político calculado. En un país donde el estado es el dueño de todos los medios de comunicación y controla su contenido, no es fácil que renuncie a ese monopolio. En el 2002 Corea del Norte permitió el uso de celulares pero lo prohibió dos años después, y desde entonces han estado ejecutando públicamente a los infractores. En Cuba la dictadura teme no poder controlar los mensajes de texto que se transmitirían entre sí millones de jóvenes descontentos que hoy no tienen acceso a información. Por ejemplo, no se enteraron de que el pasado 22 de abril un grupo de once indefensas mujeres pertenecientes a las Damas de Blanco fueron maltratadas y expulsadas violentamente de la Plaza de la Revolución en La Habana por el delito de pedir en ese lugar la libertad de sus familiares.

Pareciera una coincidencia que casi simultáneamente Cuba y Corea del Norte anunciaran que permitirán al pueblo el uso de celulares. ¿Es que ahora van a facilitar la formación de una "opinión pública" independiente? ¡Sí, cómo no!

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