miércoles, 1 de octubre de 2008

Mercados libres cubanos se plantan ante amenazas del gobierno

Servicios de El Nuevo Herald

AP

Esta es la imagen de los mercados estatales, o bodegas, cubanos.

Los mercados agrícolas protagonizaron un "Martes Negro'' en Cuba, un día después de la caída de los centros financieros internacionales y de la decisión del gobierno de Raúl Castro de congelar los precios de los productos.

La medida dejó casi desiertos los puestos agrícolas en La Habana, creando un visible malestar entre la población que desde temprano concurrió a comprar alimentos.

Según reportes de prensa, entre un 80 y 90 por ciento de las tarimas donde a diario se ofrecen productos agrícolas bajo las leyes de oferta y demanda en La Habana, estuvieron vacías durante todo el martes, debido a que el gobierno los obligó a vender por debajo del precio del mercado.

Productos como el pepino, la cebolla o el ajo estaban practicamente desaparecidos de los agromercados habaneros.

Testimonios recogidos durante un recorrido indican de un alarmante desplome en los abastecimientos, con canastas totalmente vacías y renuencia de los intermediarios y transportistas a ofrecer sus cargamentos al precio impuesto por las nuevas disposiciones gubernamentales.

Se registraron casos de camioneros que regresaron cargados de productos al punto de partida, luego de recibir la noticia del precio que les fijarían los vendedores.

Muchos transportistas alegaron públicamente que no venderían a menor precio, pues el gobierno aumentó el costo de la gasolina y no les resultaba rentable la operación. Los precios de la gasolina y el diésel experimentaron un alza de hasta el 87 por ciento en los servicentros nacionales el pasado 8 de septiembre, justamente tras el paso del huracán Ike por la isla.

Incluso agentes policiales interceptaron algunos camiones con productos y les obligaron a descargar las provisiones en los puntos de venta.

El gobierno anunció este lunes que los llamados agromercados tendrán que vender ‘‘provisionalmente'' algunos productos básicos al mismo precio que se vendían antes de la devastación causada por los huracanes Ike y Gustav, considerablemente más bajo a los precios actuales, so pena de recibir "el máximo rigor'' en los castigos.

La escalada de precios experimentada en los mercados en algunos productos había llegado hasta el 300 por ciento.

"¿Pimiento? Olvídate, eso no lo vas a encontrar, no pierdas el tiempo. No hay'', dijo un vendedor en el principal agromercado del barrio habanero de El Vedado.

Paralelamente, el gobierno ha lanzado una campaña en los medios de comunicación atacando duramente a "acaparadores'' y "especuladores que trafican con productos robados''.

El ex gobernante Fidel Castro, primer secretario del gobernante Partido Comunista, ordenó en un artículo reciente combatir el robo, los privilegios, el consumismo, la corrupción y la ‘‘blandenguería''.

Sin embargo, la decisión de las autoridades de subir los precios de los combustibles y el desastre dejado en el campo por los huracanes se han sentido de forma inmediata.

Detrás de un puesto en el que solo había aguacates, Agustín explicó que el campesino que le suministra cebollas le dio un precio --‘‘autorizado'' por el gobierno, subrayó-- de 10 pesos (unos $0.40 centavos) por cada medio kilo, exactamente el mismo que tiene marcado la tablilla de venta del mercado en el que trabaja.

"¿Qué hago yo? No vendo'', afirmó mirando al resto de puestos vacíos en los que hasta el lunes se despachaban las mercancías que ya escaseaban en los últimos días.

Frente a las cuatro calabazas que quedan en su puesto, otro vendedor afirma resignado que "no hay nada'' y dice que en cuanto termine de despachar las existencias que tiene se irá a casa, a sentarse y ver la televisión.

"Esto está mal y se va a poner mucho peor'', agregó, sin dar el nombre.

En el mercado callejero ilegal, el paquete de 30 huevos, que hace tres semanas costaba alrededor de $2, se ha disparado y ya está a $5, y lo mismo pasa con las papas.

Un vendedor ilegal explicó que el precio del paquete de huevos que los campesinos venden a la industria pastelera --cuando hay-- ya está a $3.

"Si a mí me aprietan, yo aprieto'', dijo.

Un analista indicó que la intervención del mercado libre agropecuario es "un cambio en las reglas del juego'' que "tensa la cuerda y va directo contra un sector que se movía con independencia'', al tiempo de poner en evidencia "lo tocado que está el sector alimentario'' en Cuba.

En su opinión, el recurso policial para controlar el mercado no será coyuntural, porque ha habido una "pérdida muy grande en el campo en un momento en el que la situación ya era sensible. Este era ya un mal año económico antes de los ciclones'', dijo.

Para otro observador europeo, "el problema principal es el desabastecimiento, porque el problema de los precios se resuelve con aumento de oferta''.

"Pero no es tan obvio que vayan a poder satisfacer la demanda y creo que medidas como la del lunes denotan el miedo de las autoridades a que se les vaya la situación de las manos'', agregó.

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