miércoles, 24 de diciembre de 2008

DERECHOS QUE CARECEN DE JUSTICIA

2008-12-23.
Carlos Serpa Maceira, Corresponsal de Misceláneas de Cuba

Dos policías atropellando en La Habana a un ciudadano. Foto: Cortesía de Carlos Serpa Maceira.

(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana, 23 de diciembre.- ¡Batistianos!, gritaron los transeúntes a los agentes de la Policía Nacional Revolucionaria, PNR, que la emprendieron a golpes contra un joven de la raza negra, en el céntrico parque Central de la Habana.

Los gritos de la población sorprendieron a los uniformados que dejaron de pegarle al ciudadano. El apelativo batistianos los dejó perplejos. ¿Acaso ese pueblo ignoraba que representan el Poder Revolucionario en la calle? Así ha sido calificada la PNR por el General de Ejército y gobernante de la isla Raúl Castro.

Para la Policía Nacional Revolucionaria, que se considera digna heredera del Ejército Rebelde, el calificativo de batistianos, es una acusación muy grande e indigna.

Dicen los policías revolucionarios, que en lo único que se comparan a los de antes de 1959, es el uniforme azul que visten. Pero la realidad es otra; los policías de estos tiempos en Cuba han vuelto a vestirse de azul: como en el batistato, también golpean al pueblo inocente. El abuso policial aflora con desfachatez a la vista pública y con el beneplácito oficial.

El cubano apaleado por los agentes de la PNR a escasos metros donde está situada la estatua del más venerado héroe nacional inspirador de la independencia, José Martí, el único delito cometido es no estar domiciliado como residente en la Ciudad de la Habana, y no poseer la transitoria, un documento expedido por la Oficina del Carné de Identidad y Registro de Población del Ministerio del Interior, que le autoriza la permanencia limitada en la capital de todos los cubanos.

Este caso de Abuso Policial no es un hecho aislado. La Policía cubana en abierta violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los Pactos que la rigen, somete a los ciudadanos a penas y tratos crueles, inhumanos y degradantes, detiene, encarcela y realiza deportaciones arbitrariamente a los cubanos en su propia patria, y les impide el derecho de circular libremente. Las estaciones policiales de forma notoria se han convertido en antros de la represión contra el pueblo cubano.

Al decir del Apóstol José Martí: “ÖLos sistemas políticos en que domina la fuerza crean derechos que carecen totalmente de justicia, y el ser vivo humano que tiende fatal y constantemente a la independencia y al concepto de lo justo, forma en sus evoluciones rebeldes hacia su libertad oprimida y esencial, un conjunto de derechos de reconquista.”

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