lunes, 29 de diciembre de 2008

Fidel Castro: el rey de los dictadores

ROBERTO ALVAREZ QUIÑONES
Especial para El Nuevo Herald

Fidel Castro está listo para convertirse este 1ro. de enero en el primer gobernante en toda la historia humana que, sin ser rey o príncipe, cumple medio siglo en el poder.

Lo será, porque aunque en febrero Castro fue sustituido por su hermano Raúl Castro como presidente del Consejo de Estado, la actual Constitución de Cuba -- aprobada en 1976 -- establece que la máxima instancia de poder en la isla es el Partido

Comunista, del cual el enfermo dirigente es su Primer Secretario.

Además, se ha hecho evidente en las últimos meses que es Castro y no Raúl quien maneja el país, con la singularidad de que es el único dirigente en el planeta que gobierna mediante ''reflexiones'' con fuerza de ley.

Un colega suyo, el también dictador cubano Gerardo Machado, poco antes de ser derrocado el 12 de agosto de 1933, decía: ''A mí no me tumban con papelitos'', al referirse a las proclamas en su contra. Castro puede jactarse de todo lo contrario y afirmar: ``Yo gobierno con papelitos''.

Castro no sólo ha dejado a su hermano las labores administrativas y las nimiedades, sino que lo ''regaña'' públicamente como Zeus omnipotente, e incluso lo ha obligado a dar marcha atrás a las tímidas iniciativas que se ha atrevido a adoptar.

Lo que pocos saben es que, suponiendo que muriera antes del 1ro. de enero y no pudiera celebrar sus bodas de oro con el poder, de todas formas Castro es desde el 1ro. de junio del 2007 el dictador que más tiempo ha estado en el poder.

En esa fecha le arrebató la corona de campeón mundial al norcoreano Kim Il Sung. El ''Invencible Comandante'' de Pyongyang fue colocado en el poder por José Stalin el 8 de febrero de 1946, cuando las tropas de ocupación soviéticas lo nombraron Presidente del Comité Popular Provisional de Corea del Norte -- que luego pasó a ser gobierno formal -- y murió como una deidad terrenal el 7 de julio de 1994, a los 82 años. O sea, Kim reinó durante 48 años, 4 meses y 29 días.

En tanto, el 1ro. de junio del 2007, Castro cumplió 48 años y 5 meses exactos en el poder. Siete meses después devino el primer mortal que sin tener ''sangre azul'' ha gobernado durante 49 años. Esto es todo un récord de Guinness que no encaja bien con lo que el comandante rebelde declaró a los medios a principios de 1959, luego de entrar triunfante en La Habana: ``No me interesa ningún cargo público, no me interesa el poder''.

Imaginémonos por un instante a Dwight Eisenhower, y no a George W. Bush, firmando días atrás en la Casa Blanca la ley del plan de rescate bancario de $700,000 millones.

Veamos después a los hombres fuertes de República Dominicana y de Haití, Rafael Leónidas Trujillo y Francois Duvalier, reunidos para limar asperezas entre ambos países. Y que el presidente argentino, Arturo Frondizi, tilda de ''patraña'' el juicio en Florida por el ''escándalo del maletín'', que implica de lleno al gobierno de Buenos Aires, y al de Rómulo Betancourt, de Venezuela .

Gamal Abdel Nasser de Egipto y Jawaharlal Nehru, de India, proponen en la ONU que Estados Unidos se retire de Irak. El caudillo Francisco Franco alerta contra las repercusiones en España de la crisis de Wall Street; el gobernador blanco de Sudáfrica, Ernest Jansen, felicita a Nelson Mandela en su cumpleaños, y Adolfo López Mateo pide al PRD y al PRI que aprueben en el Congreso mexicano la reforma energética.

En Berlín, el canciller Konrad Adenauer asiste a un acto por la caída del Muro de Berlín (que no existía en 1959; fue levantado en 1961); en Tel Aviv, el primer ministro, David Ben-Gurion, denuncia un plan de Teherán de ataque nuclear contra Israel, que el Sha de Persia, Reza Pahlevi, considera una calumnia.

Mao Tse Tung anuncia que las Olimpiadas de Pekín del 2008 dejaron al país ganancias multimillonarias, Nikita Jruschov insiste en los coqueteos militares de Rusia con Venezuela mientras el presidente de Colombia, Alberto Lleras Camargo, expresa su preocupación ante la Organización de Estados Americanos. Y el dictador paraguayo, Alfredo Stroessner, ataca verbalmente al presidente de Chile, Jorge Alessandri.

No, no escribo una crónica de ciencia ficción. Es que estos son algunos de los colegas jefes de Estado que tenía Fidel Castro en 1959. Con excepción del cubano, todos estos líderes de mediados del siglo XX hace rato que murieron y nadie se acuerda de ellos, salvo los historiadores.

Es algo kafkiano: Castro no es sólo el único sobreviviente, sino que sigue dando órdenes en pleno siglo XXI.

Por cierto, Castro y Kim sacan largo trecho a los demás dictadores, pues el tercer lugar lo ocupa el albano Enver Hoxha, quien estuvo 40 años en el poder y es el tercer integrante del exclusivo Club de las Cuatro Décadas, aunque en el 2009 se les unirá el libio Moammar El Gadhafi, al mando desde 1969.

Luego están empatados el gallego Francisco Franco y el portugués Oliveira Salazar, ambos con 36 años. También el paraguayo Alfredo Stroessner y el mariscal Josip Broz Tito de Yugoslavia están mano a mano con 35 años.

Después vienen el húngaro Janos Kadar (33 años); el congolés Mobutu Sese Seko (32); el dominicano Rafael Lónidas Trujillo (31); así como Hafiz El Assad, de Siria, y Habib Bourgiba, de Túnez, con 30 años cada uno, seguidos por el soviético José Stalin, Julius Nyerere de Tanzania, Jose Eduardo Dos Santos -- aún en el poder -- de Angola con 29 años, y Robert Mugabe, de Zimbabue, con 28 años. Y empatados con 27 años aparecen Mao Tse Tung, el venezolano Juan Vicente Gómez y el mexicano Porfirio Díaz.

Hay otros 12 dictadores con más de 20 años de duración, incluyendo al argentino Juan Manuel Rosas (1829-1852) y al italiano Benito Mussolini (1923-1945). Otros 21 acumularon entre 11 y 19 años, entre ellos los dos más famosos: Napoleón Bonaparte (1799-1815) y Adolfo Hitler (1933-1945).

Las evidencias sugieren que en el siglo XX los cinco dictadores más importantes por los efectos devastadores de sus acciones para sus pueblos y el mundo fueron Hitler, Mussolini, Stalin, Pol Pot y Castro.

Sin embargo, los cuatro primeros pasan a la historia como aprendices del colega cubano, pues no tuvieron su genio y astucia para perpetuarse en el poder y presentarse ante el mundo como paladín de los pobres.

Poca suerte que tenemos los cubanos.

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