2008-12-27.
Pablo Rodríguez Carvajal, Director de Payolibre.com
(www.miscelaneasdecuba.net).- “Acción y efecto de suicidarse” es la definición de suicidio en el diccionario de la Real Academia Española. El Pequeño Larousse Ilustrado lo define como “Acción de quitarse voluntariamente la vida”. Y por supuesto, “suicidado” sería, bajo cualquiera de las citadas definiciones, quien haya cometido suicidio.
Pero todo aquel que tiene algún conocimiento de lo que es el presidio político cubano, ya sea por los testimonios de los tantos miles que lo han sufrido o por sufrirlo en carne propia, sabe exactamente a que me refiero.
El abuso, tergiversación del lenguaje y los eufemismos en las últimas cinco décadas, son cartas que el régimen imperante ha sabido manejar, y muy bien. Tanto es así, que en muchas ocasiones son ayudados por quienes a ellos se oponen -como es el caso de culpar a Cuba por los desmanes del régimen, como si este y Cuba fueran una misma cosa. No recuerdo que allí haya habido elecciones libres como para poder decir que los que gobiernan representan al país. Pero eso es tema para otro trabajo.
A finales del mes de junio, miembros del Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba, CRDHC, lanzaron un reporte llamado: Más de 40 muertos en prisiones cubanas en medio año. Este reporte fue firmado por Juan Carlos González Leiva, Tania Maceda Guerra y Luis Esteban Espinosa Echemendía.
En él se hace bien claro que para no hacer el trabajo extremadamente largo sólo se dan datos elementales que permitan una visión de esa horrible realidad, pero también aclara que “cada caso fue denunciado por separado, en su momento, a través de PayoLibre, CubaNet, Radio Martí y otros medios digitales, radiales y de prensa plana”.
Es poca la agudeza necesaria para percatarse de cuanto dudoso, por decirlo de alguna forma, suelen ser estos suicidios. Por muchas denuncias que han salido de las tantas prisiones cubanas es sabido que a las celdas de castigo los lanzan desprovisto de todo, a veces hasta de ropa.
No es menos cierto que algunos reos tratan de quitarse la vida motivados por las condiciones infrahumanas en que se ven forzados a “vivir”; pero también hay que acusar a los responsables de crear estas condiciones: primero por crearlas y segundo porque en casos en que el reo ha tratado de suicidarse lo han puesto en una de estas celdas de castigo (léase tortura), para que al día siguiente amanezca ahorcado. A veces con un alambre de púa. ¿Cómo llegó allí el alambre?
Tal es el caso de Michael Santos Depara, de 29 años de edad. Por un reporte del prisionero Rigoberto Zamora Rodríguez, miembro del CRDHC, se pudo conocer que este joven se ahorcó con un alambre de púa en una celda de castigo, donde ya había hecho un primer intento y lo desnudaron; por lo que se desconoce como se hizo del alambre. Dice el reporte que el reo dejó una carta que permanece en poder del jefe de la prisión Las Mangas, en la provincia de Granma.
Otro caso es el del reo Fiss Casa Fábrega, de 35 años de edad, quien se ahorcó el pasado 5 de junio en una celda de castigo de la prisión de Cerámica Roja, en Camagüey. Dijo el prisionero político Egberto Ángel Escobedo Morales que fue al amanecer que lo encontraron, pues la celda donde se encontraba está tan aislada que raras veces los guardias van por allí.
Agregó el prisionero político que en esta celda, por demás totalmente tapiada y sin iluminación alguna, mantienen a los reos desnudos o en ropa interior. Es en ella también donde ponen a los enfermos de SIDA y a los presos plantados.
En el próximo reporte del CRDHC sabremos cual es la cifra de muertos en las prisiones cubanas por el año 2008. Claro está, esa cifra, en nuestras mentes, siempre tendremos que ponerla entre comillas, no porque dudemos de su veracidad, sino porque siempre van a faltar los que no han tenido cerca un Rigoberto Zamora Rodríguez o un Egberto Ángel Escobedo Morales, que obviando las seguras represalias tienen el valor de reportarlo.
domingo, 28 de diciembre de 2008
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