miércoles, 13 de febrero de 2008

Hay que mirar más hacia el oriente

Entrevista con Eliécer Consuegra Rivas, presidente de la Alianza Democrática Oriental.

Luis Felipe Rojas, Holguín

miércoles 13 de febrero de 2008
www.cubaencuentro.com

Después de tres años de fundada, la Alianza Democrática Oriental (ADO) sigue empeñada en darle visibilidad a la oposición pacífica al este de la Isla, así en como defender los derechos de los ciudadanos. Un boletín informativo-cultural, la entrega de un premio a los presos políticos que más se destacan dentro de las cárceles y encuentros constantes con líderes y activistas de las organizaciones que integran la ADO, son parte del trabajo de esta agrupación civilista.

En el pueblo de Antilla, junto a miembros del Movimiento Cubano Jóvenes por la Democracia, Partido del Pueblo Cubano, la FLAMUR y otras organizaciones, transcurrió esta conversación con Eliécer Consuegra Rivas.

La Alianza ha sumado agrupaciones y personas a su proyecto general, ¿cuáles son sus objetivos?

Hemos intentado aunar esfuerzos prodemocráticos en toda la zona oriental del país, porque, como todos sabemos, es la más desprotegida en muchos órdenes; incluso a través de la historia se ha visto así. La ADO suma movimientos y grupos de oposición en las cinco provincias orientales y en Camagüey. La integran el Movimiento Cubano Jóvenes por la Democracia, varias agencias de prensa, Movimiento Jóvenes de Bayamo. También trabajamos con asociaciones que, aunque no están directamente inscritas en la ADO, colaboran e interactúan en diferentes actividades.

La ADO fue fundada el 16 de febrero de 2004. Había pequeños grupos y organizaciones trabajando de manera dispersa, ya que sus líderes vivían en la capital del país. Lo que hemos hecho es buscar una comunión más cerrada entre todos, sin perder autonomía o nivel de decisión. Esto ha traído encarcelamientos, golpizas y hasta amenazas de muerte a los directivos, incluyendo actos de repudio, registros domiciliarios, confiscación de bibliotecas independientes, detenciones arbitrarias, etcétera.

Todo esto lo hicimos, incluso, antes de los aires de unidad que soplan desde la corriente liberal y de los otros llamados que se acaban de hacer.

Entre los proyectos más importantes están el boletín El Cubano Libre y el Premio a la Dignidad "Carlos Manuel de Céspedes". ¿Hacia dónde miran?

Queremos que la gente del mundo, que está pendiente de la situación cubana, mire más hacia el oriente de la Isla. Ahora mismo, con todo este revuelo de las antenas para ver la televisión extranjera, se ve a todas luces que es un tema capitalino, exclusivamente de La Habana. Los activistas pacíficos de aquí corren el riesgo de venir cargados con radios de onda corta, con bibliografía.

Por eso nace El Cubano Libre, que hoy tiene 14 números, casi un año y medio de existencia. Quisimos que los periodistas, activistas y escritores de esta zona tuvieran un lugar donde escribir, dar el testimonio de lo que están viendo todos los días y poder leerse unos a otros.

Recuerdo que un día acordé con otros miembros celebrar otra vez la Asamblea de Jimaguayú, en los mismos potreros de Camagüey (cosa que impidió la Seguridad del Estado). Buscando el boletín de Céspedes, decidimos ponerle el mismo nombre al nuestro. A esto ha ayudado primordialmente el Grupo Valencia-Solidaria. Con nosotros empezaron Guillermo Llanos Ricardo y su esposa Liannis Meriño Aguilera, que están hoy en el exilio; José Herrera y otros que han sido de gran valía. Nos costó incluso que multaran a un hermano nuestro.

El Premio a la Dignidad, que fue iniciativa de Guillermo, es lo más importante. En medio de la situación de terror, el tema de los presos es el que más nos preocupa. Primero, hay que sacar a toda esa gente de ahí, y luego democratizar el país; pero toda lucha pasa primero por pensar en ellos. El premio es para los presos de conciencia o políticos que más se hayan destacado, pero que sean de aquí o estén presos aquí. Ya fueron premiados Juan Carlos Herrera Acosta, del Movimiento Jóvenes por la Democracia, en 2005; José Daniel Ferrer García, del Movimiento Cristiano Liberación, en 2006. En 2007 fue compartido por Randy Cabrera Mayor y Orlando Zapata Tamayo.

El jurado lo integran destacados activistas de estas provincias. Este año lo entregamos en el Parque Céspedes de Bayamo. Ojalá el año que viene lo entreguemos por última vez y delante de las cámaras de la televisión nacional, ¿qué tú crees?

¿Qué otros logros palpables se le pueden atribuir a la ADO?

Lo más valioso ha sido el reconocimiento del pueblo. Ya no le pueden meter en la cabeza que somos terroristas, vándalos. Estamos luchando también por sus derechos. Por el temor que se respira, quizás la gente no lo manifieste públicamente, pero ya hay un conocimiento general de nosotros.

Fuera de Cuba, algo bueno y sorprendente fue que se presentara el boletín en el Congreso de Costa Rica.

¿Por qué no hay aún un encuentro definitivo entre oposición y pueblo en mayoría?

Además del miedo paralizante, el régimen controla la información. Desde que enciendes la televisión, notas el bombardeo ideologizante. Esto es un lastre para cualquier país y para cualquier espíritu democratizador… Hasta un día, ¿no?

No hay una vía más amplia de comunicación. Todavía tenemos que comunicarnos cara a cara con la gente. Hasta los familiares dejan a veces de saludar y visitar a quienes deciden hacerse opositores o disidentes. Estas son las causas principales.

En el mismo ámbito de la no violencia, el camino de la ADO es hacia la reconciliación nacional. ¿Cómo dibuja o sueña Eliécer Consuegra Rivas el abrazo de los cubanos?

Por la experiencia de los países del este europeo, parece que aquí será un poco difícil por el odio que el régimen ha sembrado en los cubanos, esa división que le ha funcionado en algunas cosas, como la de las dos orillas. El mismo gobierno incita a diario a la violencia, hablando de odio y enemigos históricos. Yo trabajo, personalmente, porque el cambio sea lo menos traumático posible. La Iglesia Católica ha tomado parte y ha hecho bastante, aunque todavía falta.

A mí me han propinado golpizas. Los paramilitares y los agentes de la Seguridad del Estado me han partido hasta dos costillas, pero yo no quiero venganza, sino justicia. Hay quien habla de una ley de "borrón y cuenta nueva". Junto a un numeroso grupo de ciudadanos queremos justicia para que no vuelva a pasar. Hoy hay asesinatos, rompimiento familiar, vejaciones, hay de todo.

Soy pesimista. Pero como espero que esto lo lleven los tribunales justos, que nacerán para entonces, pienso que saldrá de la mejor manera. Coincido con Carlos Otero, pues para mí el futuro es incierto. Trabajando intentaré que las cosas vayan por mejor cauce. Mi única opción es trabajar.

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